Casi
desde el primer momento las conspiraciones contra el regente Espartero se
suceden. Es cierto que el duque de la Victoria ha sido designado regente por votación,
pero también que su autoritarismo se hace patente enseguida. Él mismo escribe:
“ (…) con la Constitución se manda como con la Ordenanza (…)”. María
Cristina, la reina gobernadora, exiliada en París, con su apoyo, fomenta las
conspiraciones. Allí está Narváez, que en septiembre de 1841 pone en marcha un
plan para expulsar a Espartero del poder. No está solo. Los generales
O’Donnell, Diego de León, de la
Concha , Borso di Carminate
y otros, le acompañan en la aventura. O’Donnell desde Pamplona, Diego de
León y de la Concha ,
en Madrid y Narváez desde Andalucía, tras esperar su momento en Gibraltar, lo
intentan. El plan es muy atrevido, incluye el secuestro de las infantas, de las
que se ha hecho cargo el regente.
Pero
las cosas no pueden ir peor para los golpistas. Enterado el gobierno, el levantamiento es abortado. En el Palacio Real se produce un
tiroteo, el comandante Dulce, al mando de los alabarderos rechaza el asalto.
Muchos logran huir: Narváez, O’Donnell, de la Concha ; el general Pezuela, que
participa en Madrid, lo logra
también. Diego de León, que podría haber huido, se entrega, confía que el duque de la Victoria no será estricto
con él. Se equivoca, es condenado a muerte. De la dignidad con la que acepta su ejecución baste decir cómo, ya en el lugar donde va a ser fusilado, pide
permiso para leer la sentencia, ordena al piquete que le va a fusilar su
formación y grita: “No muero como traidor”.
Repleta
de sociedades secretas o semisecretas, algunas de ellas con inclinaciones a la
conjura, aunque enmascaradas por idearios orientados hacia la libertad,
España es un hervidero de fuerzas en choque. Desde París Narváez, que no se
desanima tras el fracaso del año anterior, es el alma impulsora de una de
ellas. Le ha puesto por nombre “Orden Militar Española” y, en 1842, nada más nacer se pone en marcha
para alcanzar sus fines: derrocar al general Espartero. Siguen con él los generales
O’Donnell y Pezuela y además, Fernández de Córdoba, el escritor Patricio de la Escosura y muchos
militares descontentos con las políticas llevadas a cabo por el gobierno con el
estamento militar. También ahora cuentan los miembros de la “Orden” con el
apoyo de María Cristina, de su esposo Muñoz y discretamente de Luis Felipe de
Francia, como lo demuestra que sea la valija diplomática francesa la utilizada
por los conjurados para comunicarse.
El general Narváez por Vicente López. Museo de Bellas Artes de Valencia. |
Prim, que actúa por su cuenta, también es requerido. Viaja a Francia, habla con Narváez, pero no es posible el arreglo. Son muchas las diferencias entre ellos. Ya no sintonizarán en el futuro.
Mientras, en España, se suceden las crisis, dimiten los
gobiernos. Un proyecto de amnistía es en parte la causa. Permitirá volver a
quienes desde el extranjero confabulan. Las fuerzas en contra del regente se
multiplican. Prim censura en las Cortes su autoritarismo, al tiempo que en
muchos lugares se producen levantamientos. Y Prim que no es ajeno a todo esto, poco después, desde Reus, su ciudad natal, reclama la mayoría de edad para la infanta Isabel. Ya es hora. España debe tener una reina, no un regente. Sabe también lo que Narváez está dispuesto a hacer y que cuenta con fuerzas suficientes para intentarlo.
Serrano se pronuncia en Barcelona. Valencia también se ha sublevado. En ella, Narváez, procedente de Marsella, desembarca el 27 de junio. Camino de Madrid, toma Teruel. Allí proclama su compromiso conla Constitución del 1837
y su disposición a la unidad con los progresistas.
Serrano se pronuncia en Barcelona. Valencia también se ha sublevado. En ella, Narváez, procedente de Marsella, desembarca el 27 de junio. Camino de Madrid, toma Teruel. Allí proclama su compromiso con
Cuando Narváez llega a las puertas de Madrid, donde las tropas del gobierno se unen, sin apenas lucha, a las del futuro duque de Valencia, el duque de la Victoria, ya no está en la capital. En el puerto de Santa María, a bordo del “Betis”, Espartero zarpa hacia Gibraltar. Otro buque, el Malabar, le conducirá al exilio londinense. No estará, sin embargo, allí mucho tiempo.
Buenos días, DLT.
ResponderEliminarEl clima que se dio en España durante todo el siglo XIX tuvo que ser irrespirable. No se puede vivir de golpe de estado en golpe de estado.
Un saludo.
Interesantísmo....años feos desde el punto de vista histórico, pero salvajes y fundamentales para nuestra historia más reciente...mientras Europa progresaba con la Revolución Industrial nosotros nos desangrábamos con los espadones golpistas.
ResponderEliminarUn saludo
A mí estas cosas me dan una pena...Se libraron todos menos el único que demostró merecerlo y se comportó hasta el fin como un hombre de honor. "No muero como traidor"... pone los pelos de punta. Un beso Dlt
ResponderEliminarAhora recogemos los lodos de aquellas lluvias, un siglo más que convulso el XIX.
ResponderEliminarInteresante post, un pasito más para conocer todos los entresijos de nuestra Historia.
Un abrazo DLT.
Y las intrigas no eran dentro de la mísma piel sino désde fuera con esos idearios de libertad que no era sino una forma de disimular sus malas intenciones.
ResponderEliminarSiempre han pagado justos por pecadores.Podemos presumir de ser el pueblo menos unido de la faz de la tierra.Por eso hemos pagado siempre estos altos precios por un poco de libertad...por decirlo de alguna manera.
Feliz entrada al otoño DLT.
Por lo menos murió con dignidad siendo un valiente y no un traidor que nunca se sabe quien lo era ya que siempre uno tenia la escapada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando los espadones son los protagonistas de nuestra historia.
ResponderEliminarMuchos eran, incluyendo la Regente depuesta, los que conspiraban para bajar a Espartero del pedestal del poder.
Un saludo.
Que cosas se dicen se hacen, conspiran , se suceden en nombre de esta palabra utópica llamada "Libertad"
ResponderEliminarSiempre son los mismos perros con distintos collares. Y siempre me pregunto:
¿Hubo acaso un gobierno justo a lo largo de toda la historia? Y no hablo solo de España, en el mundo.
Por algo subimos a los pedestales a los héroes. No se si hubiesen gobernado lo serían a ojos del pueblo. Me he enterado muy bien de quien era Esparteros.
Bss
A lo largo de la historia, cambian los nombre y la intrigas, pero éstas no desaparecen. ¿Qué tendrá el poder que todos aspiran a detentarlo?
ResponderEliminarUn abrazo
Años turbulentos en España, y en Europa -recordemos las revoluciones el 1848-. Si hubiéramos aprendido algo de todas las guerras, golpes militares, terror y sufrimiento, quizás podríamos recordar la historia sin que se nos pongan los pelos de punta.
ResponderEliminarLas épocas de paz y progreso son escasas y muy frágiles, con tendencia a la inestabilidad en cuanto sopla un poco de aire caliente.
Saludos
Espadones siempre apuntando al poder... Convulso el siglo XIX pero ¿qué siglo no lo es?
ResponderEliminarSe agradece este repaso a nuestra historia.
Un abrazo, Dlt.
Y eso que Espartero era el adalid de los liberales... No le tembló la mano cuando tuvo que ordenar el bombardeo de Barcelona desde Montjuich o fusilar a Diego de León. Y pensar que Narváez, el general defendido por la reina Mª Cristina (liberal siempre y conspiradora por naturaleza en la distancia), acabaría siendo aún más duro que el propio Espartero... El poder siempre acaba cambiando a los hombres. Sin embargo, Espartero, aunque no volvería a la escena política, no acabó en el olvido. Muchos años después, triunfante La Gloriosa y él en su exilio de La Rioja, con muchos años encima, fue votado en las Cortes que elegían rey allá en 1870 por algunos diputados.
ResponderEliminarDe que Narváez y Prim nunca se entendieron lo prrueba la famosa conspiración de los trabucos contra el primero. En el juicio se condenó al de Reus de haber antentado contra la vida de Narváez, aunque él siempre lo negó. Menos mal que el "Espadón de Loja" no le mandó fusilar...
Un saludo
Desde luego nos quejamos de los tiempos que corren y de los politicos pero hay que fastidiarse que épocas se han vivido en España.
ResponderEliminarLa historia de España del siglo XIX, la comparte en el aspecto bélico con Venezuela...Se vivía de conjura en conjura...
ResponderEliminarMuy bueno Marques. Saludos que todo vaya bien
Hola DLT.
ResponderEliminarEl análisis de esos episodios nos lleva a maldecir que tantas buenas cabezas, como pasa en la actualidad, no se hubieran dedicado a mejorar la vida de sus semejantes..
La palabra Pacto siempre nos ha sonado despreciable, y Pactista no digamos. Pero mucho mejor nos hubiera ido si en lugar de tanta muerte y destrucción, tanto discurso lleno de paja, nuestros gobernantes y demás políticos hubieran sabido pactar solucionando sus diferencias, dedicándose a emplear su tiempo y nuestra hacienda en mejorar nuestras vidas. Son nuestros empleados y para eso los pagamos.
(anda, me parece que me he pasado de siglo y me he ido al XXI )
Interesante análisis el que realiza de la regencia de Espartero, hombre duro que gobernó con mano de hierro. Espero una continuación de éste excelente articulo.
ResponderEliminarSaludos
El liderazgo de Espartero fue legendario entre sus partidarios. La actitud de Diego de León admirable. Era éste un ejemplo de tradicionalismon no carlista.
ResponderEliminarSaludos.
Interesante y convulso el siglo XIX que tanto ha influido en nuestro devenir actual. Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarGran artículo y sabrosos comentarios. Estoy de acuerdo con los que me han antecedido, pero me quedo esta vez con el de Ana Mª Ferrín: ¿Realmente era imposible el acuerdo, por mínimo que fuese?
ResponderEliminarAbrazos, Dlt. Apasionante S.XIX.
He aprendido un monton beso
ResponderEliminarAutoritarismo, conspiraciones, fusilamientos, decisiones drasticas, el siglo XIX ha sido muy convulso, tambien en mi pais. Un siglo de guerras. somos humanos o marionetas? en fin, c'est la histoire eternelle.
ResponderEliminarUn beso.
Tengo entendido que Diego de León si huyo en un principio tras el asalto fallido al Palacio Real pero fue seguido por una tropa de husares que le dieron alcance en Colmenar Viejo aunque creo le propusieron escapar de nuevo y fue cuando se negó. Sobre la huida de Manuel Gutiérrez de la Concha seguro que recuerdas esta entrada antigua de mi blog:
ResponderEliminarhttp://gelaguna.blogspot.com.es/2011/05/el-laberinto-del-general.html
Un abrazo.
Así es, ya digo que podría haber escapado, y es que, cuando huyendo iba a ser detenido, se entregó pese a tener la oportunidad de huir, pues las fuerzas que le iban a capturar le instaron a escapar.
EliminarAhora iré a echar un repaso a aquella entrada el Gutiérrez de la Concha.
Un abrazo.
Como siempre (quien no sabe como yo) aprende con sus entradas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Dlt, nos haces en esta ocasión un retrato magnífico de ese tiempo convulso que fue para España el siglo XIX. Tiene toda la razón el amigo Carolus II, porque mientras el XIX era la centuria del desarrollo económico y social de las naciones del Occidente europeo, en España el panorama resulta desalentador.
ResponderEliminarEstupendo post, querido amigo.
Mil bicos.
Mi querido amigo, gracias por tu visita y entender ese dolor que tengo por tantos incendios en nuestra España y cómo no del mundo entero.
ResponderEliminarVengo a tu espacio a recordar y aprender.
Me llama la atención la vida del general Espartano, un hombre duro en la disciplina y que no entendía otra manera de luchar que con las armas. Sin embargo hay que recordar que este hombre tuvo el tratamiento se Alteza Real siendo reina Isabel II, ningún general en nuestra historia tuvo semejante tratamiento. Declinó la corona que le ofrecieron, cosa a destacar.Era fiel a la reina Isabel II y no es de extrañar que tras el destronamiento de Isabel no aceptara ser rey No acumuló títulos sin merecerlos.Creo que la historia no recuerda demasiado las gestas de este militar.
Gracias
Con ternura
Sor.Cecilia
El autoritarismo desgraciadamente es la forma de gobernar que nos ha llevado siempre a consecuencias lamentables.
ResponderEliminarBesos
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
He leído con cierto asombro los tejemanejes de unos y de otros, la verdad es que este periodo es convulso como pocos.
ResponderEliminarUn abrazo.