Se sabe que en el coliseo romano y en otros circos de la época se libraban
feroces batallas entre animales. Eran espectáculos de moda que servían para
divertir a la masa. Osos, toros, rinocerontes, elefantes, tigres o leones eran
enfrentados entre sí, cuando no a gladiadores, para solaz del pueblo embrutecido.
Sin duda que en tiempos anteriores ya se producían combates parecidos; y desde
luego, siguieron sucediendo después hasta tiempos muy recientes.
En la España
de los Austrias también era muy frecuente la lucha entre bestias que competían
entre sí hasta morir. Solían celebrarse estas luchas en plazas o cosos, con
numerosa asistencia de público y presencia de autoridades. Es conocido un caso
sucedido en Madrid. Se organizó en el sitio del Buen Retiro, durante el reinado
de Felipe IV, con motivo del cumpleaños del príncipe Baltasar Carlos, el 13 de
octubre de 1631. Se enfrentaron al mismo tiempo un toro, un león, un
tigre y un oso. Cuatro bestias de enorme ferocidad de las que resultaba difícil
aventurar un ganador. Al final todos, excepto el astado, estaban heridos e
impedidos para continuar la lucha. Fue entonces cuando el “Rey Planeta” pidió
un arcabuz y de un certero disparo derribó al cornúpeta, ante los vítores y
aclamaciones del gentío entregado a su rey.
En el siglo XIX también se han promovido espectáculos en los que las bestias han sido víctimas de la violencia humana. En Madrid desde la época de Carlos III hubo un jardín zoológico. Al principio estaba ubicado junto a la cuesta que hoy se llama de Moyano. Dicho parque, mantenido por los reyes, pasó a depender del municipio en el siglo XIX. Los grandes costes y la dudosa gestión desembocaron en la cesión del parque a manos particulares. Una familia de empresarios circenses, los Cavanna, se hizo cargo de él. Durante la gestión de los Cavanna la situación económica mejoró notablemente. En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, Luis Cavanna dirigía el zoológico, que por entonces era llamado “Casa de Fieras” como un verdadero circo: paseaba los animales por la ciudad, los llevaba a abrevar a fuentes y estanques y organizaba luchas entre ellos. Una de estas peleas sucedió en 1904, entre un tigre y un toro. Los animales estaban encerrados en una jaula, en una especie de coso, pero la ferocidad de los animales provocó la rotura de la jaula y la fuga de los animales. Y naturalmente el pánico se apoderó del público. La jornada terminó con un muerto y diecisiete heridos. El incidente supuso la supresión de tales espectáculos.
Casi al mismo tiempo, en 1903, en Nueva York, en la zona de Coney Island, se acababa de erigir “el Luna Park” un circo en el que Topsi, una elefanta africana, había contribuido a construir. Su misión como animal de carga consistió en acarrear materiales. Al tiempo su cruel educador la preparaba para los mas variados y extravagantes números, algo a lo que Topsi, africana, y por tanto indomable y arisca se resistía. Un día su cuidador le colocó un cigarro encendido en la boca y pretendió obligarla a fumar. El animal sintió el dolor que la quemadura, provocada por la brasa, produjo en su boca, y enfurecida arremetió contra su torturador. De un pisotón fue convertido en algo parecido a un sello de correos. El caso se considero como un asesinato, pues supuso la condena de Topsi. Era peligrosa y por tanto, necesario ejecutarla.
(2) Ejecución de Topsi. Película de Thomas A, Edison. 1903.
Masdrid. Cuesta de Moyano |
En el siglo XIX también se han promovido espectáculos en los que las bestias han sido víctimas de la violencia humana. En Madrid desde la época de Carlos III hubo un jardín zoológico. Al principio estaba ubicado junto a la cuesta que hoy se llama de Moyano. Dicho parque, mantenido por los reyes, pasó a depender del municipio en el siglo XIX. Los grandes costes y la dudosa gestión desembocaron en la cesión del parque a manos particulares. Una familia de empresarios circenses, los Cavanna, se hizo cargo de él. Durante la gestión de los Cavanna la situación económica mejoró notablemente. En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, Luis Cavanna dirigía el zoológico, que por entonces era llamado “Casa de Fieras” como un verdadero circo: paseaba los animales por la ciudad, los llevaba a abrevar a fuentes y estanques y organizaba luchas entre ellos. Una de estas peleas sucedió en 1904, entre un tigre y un toro. Los animales estaban encerrados en una jaula, en una especie de coso, pero la ferocidad de los animales provocó la rotura de la jaula y la fuga de los animales. Y naturalmente el pánico se apoderó del público. La jornada terminó con un muerto y diecisiete heridos. El incidente supuso la supresión de tales espectáculos.
Casi al mismo tiempo, en 1903, en Nueva York, en la zona de Coney Island, se acababa de erigir “el Luna Park” un circo en el que Topsi, una elefanta africana, había contribuido a construir. Su misión como animal de carga consistió en acarrear materiales. Al tiempo su cruel educador la preparaba para los mas variados y extravagantes números, algo a lo que Topsi, africana, y por tanto indomable y arisca se resistía. Un día su cuidador le colocó un cigarro encendido en la boca y pretendió obligarla a fumar. El animal sintió el dolor que la quemadura, provocada por la brasa, produjo en su boca, y enfurecida arremetió contra su torturador. De un pisotón fue convertido en algo parecido a un sello de correos. El caso se considero como un asesinato, pues supuso la condena de Topsi. Era peligrosa y por tanto, necesario ejecutarla.
Se pensó en ahorcarla, pero hubo protestas. Alguien alzó la voz diciendo que
ese modo de ejecución resultaría en exceso cruel (1),
y se decidió electrocutarla.
Comenzaba por entonces la expansión masiva del uso de la luz eléctrica. De
hecho el propio “Luna Park” estaba iluminado gracias a miles de bombillas de
filamento, de las inventadas por Edison, el prolífico autor de más de mil
inventos: el fonógrafo, el telégrafo, y… la silla eléctrica; y había una
despiadada lucha entre los partidarios del uso de la corriente continua, encabezada
por el propio inventor, y los defensores de la corriente alterna. George
Westinghouse defendía tenaz este tipo de corriente. Al fin se le propuso a
Edison la preparación de la ejecución. No dudó en aprovechar la ocasión para
demostrar que la corriente empleada por Westinghouse era mucho más
peligrosa que la de tipo continuo defendida por él, que produciendo los mismos
beneficios, decía, era incapaz de matar. Así que, dispuso todo para la
ejecución. Una descarga de 6.600 voltios de corriente alterna recorrió el
cuerpo de Topsi, que humeante se desplomó, muriendo en apenas quince segundos.
La escena(2)completa fue filmada por el propio Edison y ha llegado a nuestros días en perfecto estado. En ella podemos ver lo que aquella mañana del mes de enero de 1903 presenciaron más de mil quinientos espectadores de morbosa curiosidad y ávidos de emociones fuertes.
Cien años después, en el Coney Island Museum de Nueva York, fue inaugurado un monumento en su recuerdo.
(1) La
elefanta Mary no tuvo tanta "suerte". Había matado en
un arrebato furioso a uno de sus cuidadores. Fue colgada de una grúa
el 13 de septiembre de 1916.
(2) Ejecución de Topsi. Película de Thomas A, Edison. 1903.
Visto a años luz me parece una salvajada utilizar animales como diversión. Ni tan siquiera en el circo. Esta claro que para mi cualquier ser vivo merece un respeto. No se si hubiese vivido a principios del siglo pasado tendría la misma opinión. Quiero penar que si. Un abrazo
ResponderEliminarAy, por favor! Todo esto demuestra que el hombre es más bestia que los animales. Queda patente viendo cómo se entretiene con ese tipo de luchas, cómo es capaz de obligar a fumar a un pobre animal por divertirse y, para colmo, lo de la disputa sobre el tipo de corriente que usted nos describe, con filmación incluida, me parece terrible.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Animaladas, nada raras en el deseo de la humanidad.
ResponderEliminarY aunque menos, aun hay Boxeo y Lucha Libre.
Y no digamos las películas de "Artes Marciales"
manolo
¡Buenos días caballero! Estoy sorprendida con estas historias tan tristes sobre animales que desde luego no comparto; pero bien es cierto que hoy podemos juzgar desde nuestro tiempo y entendimiento con lo que ha llovido desde entonces, ¿Pero, realmente pensaríamos igual si hubiéramos vivido en aquellos tiempos? … Permítame que lo dude… Me ha dejado más impresionada el tema disputa sobre el tipo de corriente, perdón pero aun me parece más bestia que la propia ejecución, gracias por el enlace, pero no me atrevido a verla. Como siempre un placer visitar su blog y no es hablar por hablar, que no soy de alago fácil.
ResponderEliminarQué pase un buen verano caballero andante.
Los animales siempre han sido víctimas recurrentes en los espectáculos donde la sangre suele ser la protagonista.
ResponderEliminarSolo una apreciación: aunque a veces el circo romano se ha prestado como escenario para luchas encarnizadas, lo normal es que se destinaran a otro tipo de espectáculos más relacionados con las carreras de cuádrigas, al estilo de las de Benhur. El edificio más representativo para escenas sangrientas de animales y/o de gladiadores era el anfiteatro, como lo es el Coliseo romano.
Un saludo.
Mientras sea una lucha reglamentaria sin llegar al extremo de la muerte para quienes les guste lo respecto, pero mejor encontrar diversiones menos espectaculares.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y nos hacemos llamar los animales con raciocinio...Lo de la elefanta demuestra, la barbarie a la que podemos llegar.
ResponderEliminarSaludos Amigo. Que todo vaya bien
Esto si que son verdaderas animaladas en todos los sentidos. Besicos.
ResponderEliminarMuy buena entrada, DLT
ResponderEliminarNo debería extrañarme ante la inmoralidad de las imágenes de la elefanta, ya que el invento de la silla eléctrica fue promovido por el mismo Edison, un hombre cuyo talento para inventar (y copiar inventos ajenos) fue notable. Pero lo de la pobre Topsi es de un desprecio ante un ser vivo inocente que hiela la sangre. Y tras ver la absoluta indiferencia de Edison observando cómo el animal se desplomaba humeante mientras él seguía filmando, me pregunto si su acción debería archivarse en la sección de ciencia o de psicopatía.
Estoy en contra de los zoológicos, incluido nuestro precioso Bioparc.
ResponderEliminarEran barbaridades, desde luego. También la consecuencia de un mundo mucho más violento. También para las pesonas. Pensemos, por lo demás, los palos que se daban a los animales de labor y que, una vez viejos, se abandonaban en descampados para morir de hambre o devorados por perros asilvestrados y alimañas en los llamados morideros. O el caso de los caballos de picar antes de la adopción del peto.
ResponderEliminarSaludos.
Es que lo leo y me cuesta asumir. Igual sí que hemos mejorado en algo, aunque sea poco, respecto a los animales. La historia de esta elefanta es de lo más triste que he leído hace tiempo, y de eso hace cuatro días.
ResponderEliminarNos creemos con el derecho de ponerle la zarpa encima de los animales. No deberíamos ni rozarlos.
Brutal esta entrada.
Saludos.
Tiempos violentos, sin duda. Aunque hoy duda no podemos librarnos de esa losa. Solo hay que ver las peleas ilegales de gallos o las de perros salvajes. Y de las electrocuciones no digamos, siguen a la orden del día y tan campantes. De las tradiciones que se celebran por estos pagos me abstengo que opinar.... a la vista están.
ResponderEliminarUn saludo
Siempre que se escucha una animalada de esta envergadura es como si fuera la primera vez. Pero esta visto que hay personas que disfrutan viendo emociones fuertes.
ResponderEliminarComo la profesión de torero al fin y al cabo ellos la escogen y el miúra esta ya condenado una vez que llega a la plaza y dentro de unas reglas no deja de ser un espectáculo:lucro para unos y sacrificio para el animal.
.Coincido con Carmen que más vale no opinar...
Un abrazo y disculpe la tardanza es que he comenzado las vacaciones y estro poco en el blog.
...entro(perdón)
ResponderEliminarPerdoname pero por una vez me he dejado llevar por los recuerdos que me ha traído la foto... Mañanas de domingo hojeando viejos libros en la cuesta de Mollano.
ResponderEliminarGracias,
Saludos