PODEROSO CABALLERO...

   Nicolás Flamel tuvo una larga vida que abarcó buena parte del siglo XIV y principios del XV. Vivió en París junto a Pernele, su esposa y colaboradora. Aunque no provenía de una familia rica, sin embargo, repentinamente, comenzó a patrocinar la construcción de iglesias, hospitales y centros de caridad. Poco sabríamos de él sino fuera porque él mismo dejó escrita su fabulosa historia.

   Con gran esfuerzo,  aprendió a leer y escribir, y estudió latín. Obtuvo el cargo de escribano y abrió un establecimiento en el que vendía libros, llevaba los asuntos que sus clientes le encargaban y ejercía funciones de notario. Cierto día entró en su tienda un desconocido que le ofreció un libro. Tenía por título “El libro de la figuras jeroglíficas”. Estaba escrito en hebreo, lengua que Nicolás desconocía, y estaba firmado por Abraham el judío. Nicolás que había soñado tiempo atrás que le pasaría lo que ahora le estaba sucediendo adquirió el libro.

   Trató de traducirlo, pero nadie era capaz de ayudarle en dicha tarea. Después de varios años sin avances en la comprensión del libro decidió viajar a España. Copió varias páginas del manuscrito y emprendió la marcha hacía Santiago de Compostela. La ruta jacobea concentraba en aquella Europa medieval, además de incontables fieles peregrinos, gran cantidad de gentes en busca de algún tipo de iniciación sobrenatural.

   Durante su largo viaje hizo parada en León. Allí conoció a Canches, un judío converso que, entusiasmado con las hojas que Flamel le mostró, dijo ser capaz de traducirlo e interpretarlo. Durante el camino de regreso el judío murió, y Nicolás regresó a París. Allí, con lo que el judío Canches le había enseñado antes de morir, sin más ayuda que la de su esposa Pernele  logró, por fin, comprender el contenido del libro.

Catedral de León
    
   El propio Flamel dejó escrito que, con lo aprendido en aquel libro, logró obtener la piedra filosofal, transmutar en oro diversos metales, y muchos lo creyeron; sobre todo aquéllos que pensaban que esa era la causa de su repentino enriquecimiento. Lo más probable es que lograra su desahogada posición gracias a su despacho, en el que atendía a importantes familias parisinas. Y junto al oro, la eterna juventud, que tampoco consiguió, porque, ya avanzado el siglo XV falleció y fue enterrado. Quienes pensaban que Flamel era capaz de vivir eternamente, de obtener oro a partir del plomo, debieron quedar decepcionados; pero tiempo después, nuevos perseguidores de la eterna juventud y de la transmutación de los metales profanaron su tumba en busca del libro del judío Abraham. El libro no estaba allí, el cuerpo de Nicolás Flamei tampoco(1).

    También en Francia, se conoce el caso, mucho más reciente, de otro súbito enriquecimiento, cuyas causas no se han podido determinar.

   En el pequeño pueblo de Rennes le Château el padre Berenguer Saunière es el encargado de velar por las almas de sus feligreses. Es párroco de aquel lugar desde 1885 y vive con la modesta paga de cura rural. El templo parroquial está en un estado ruinoso. Construido sobre los cimientos de un templo visigodo precisa una restauración urgente. El padre Saunière decide acometer las obras. Es el año 1891. Varios operarios trabajan en la capilla. Por orden del párroco van a trasladar de lugar el altar mayor. Al hacerlo, dejan al descubierto un hueco. De él extraen un cilindro que contiene unos pergaminos. Sauniére, siempre vigilante, toma el cilindro y despide a los obreros.

   A partir de ese momento, el padre Saunière y su ama de llaves, la joven Marie Dénarnaud, que cuida de las cosas del párroco más allá, según se dice, de lo necesario cambian su sencilla vida. Él comienza a realizar suntuosas obras, se hace construir una biblioteca e invita a ilustres personajes de la época que, sin dudar, acuden a aquel pequeñísimo y perdido pueblo del sur francés.  Ella, Marie, ya sin reparos, disfruta del mismo lujo que el padre Saunière, viste a la última moda de París y hace oídos sordos a los comentarios que de ella se hacen en el pueblo. 

    Tales dispendios acaban llegando a oídos del obispo de Carcassonne. El prelado, intrigado, pregunta al sacerdote a qué se debe y cuál es la fuente del dinero que los permite. Saunière da la callada por respuesta. Las especulaciones sobre el contenido de aquellos pergaminos se acrecientan: ¿Planos para descubrir un tesoro visigodo? ¿Información  sobre alguna dinastía europea a la que Saunière chantajea?

   Tras la muerte del padre Saunière en 1917, Marie sigue disfrutando del mismo bienestar material que hasta entonces. Preguntada muchas veces por la razón del súbito enriquecimiento del padre Saunière, mantiene un cerrado silencio, pero anuncia que antes de morir desvelará el secreto; sin embargo en 1953 Marie  muere repentinamente llevándose consigo el misterio de Rennes le Château.

    Hoy, la riqueza de este pequeño pueblo proviene del turismo que, atraído por esta historia, acude a ver la obra que hace cien años un sencillo párroco de pueblo, conocedor de un misterioso secreto, levantó.
  
  (1)Antes de que fanáticos buscadores de la piedra filosofal abrieran la tumba de Nicolás Flamel, ya habían registrado su casa, que aún existe en el número 51 de la actual Rue de Montmorency, considerada la más antigua de la capital francesa.
Licencia de Creative Commons

33 comentarios :

  1. Increíble, increíble, he disfrutado más de esta historia de la historia —¡la pequeña historia es tan fértil!— que con la mayoría de historias de ficción que leo últimamente.
    Desarrollado, sería una novela fabulosa y pasmosa. Dice mucho de los hombres, sí, poderoso cabllero. La obsesión del protagonista por ese misterio libro en hebreo es de admirar.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hala! me acabas de dejar con la intriga.
    Que ahora el pueblo viva del turismo me parece lógico, pero de dónde provenía la riqueza del cura.
    Ainssss, eso no se hace chiquillo.
    Bueno, de todas formas ha sido una historia preciosa, de las que enganchan.

    Un abrazo DLT.

    ResponderEliminar
  3. Vaya, pues al final la novela que leí recientemente de este personaje va a estar basada en "hechos reales" y todo.

    Descubrí a Nicolas Flamel a traves de la novela de Peter Harris "El Secreto del Peregrino", y aunque me gustó por cómo está escrita y la intriga que consigue mantener, ahora creo que la voy a tener en mejor consideración puesto que veo que nos amplía en forma de novela esta "leyenda" medieval.

    En cuanto a lo de Rennes Le Chateau, es tanto lo que se ha escrito sobre el tema desde "El Código Da Vinci", que ya lo conocía...

    Pero gracias por contarnos esta historia de la Historia.

    ResponderEliminar
  4. A veces una impostura o una falsedad monumental están detrás del fenómeno turístico. Solo hay que ver la de visitantes que tiene la localidad de Borja donde una abuela "restauró" el Ecce Homo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Dos leyendas realmente interesantes, en especial la primera basada en dos sueños materiales y ambiciosos del ser humano: el poder de la alquimia para convertir metales en oro, y el poder para alcanzar la eterna juventud. Poder a secas, al fin y al cabo, pero poder, poderoso caballero, más que el dinero...
    Me ha encantado este coqueteo entre la leyenda y la historia que has hecho Dlt.
    Un placer leerte -siempre que puedo-.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Nicolas Flamel es uno de los personajes mas enigmaticos e la historia. Sobre el se han dicho muchas cosas , la mayoría quizás falsas pero lo que si parece cierto es su interés por el estudio de la alquimia y otros temas esotéricos.
    Por otro lado la historia del padre Sauniere es fascinante, que puede haber de cierto? encontró de verdad algún pergamino? de donde procedía tanto dinero como parece que empezó a manejar?. He leído muchas teorías desde las mas increíbles hasta otras mas realistas, en cualquier caso es uno de los temas que siempre me han fascinado por lo enigmático.
    Excelente artículo. Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Sabiduria, trucos y alquimia. Una historia preciosa, de esas que me encantan mezcla de leyenda y realidad. Quien tiene el conocimiento, tiene el poder y el dinero desde siempre y lo bueno es que hasta el dia de hoy el pueblito goza de las mieles de su misterioso beneficio.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Una historia alucinante y llena de misterios. Si a los humanos nos diera más por el esfuerzo en lugar de buscar la fortuna (como hizo Nicolás Flamel), mejor nos iría en frutos y satisfacciones.
    Feliz domingo

    ResponderEliminar
  9. Me pasa un poco como a "Guia Cultural": no he leído el Código Da Vinci, pero en su periodo de mayor exito te encontrabas a Berenguer (y el tesoro de los cátaros) hasta en la sopa.
    Mucho más interesantes me resultan los alquimistas como Flamel, y también los farsantes que surgieron siguiendo su estela. Quizás alguno sí logró convertir el plomo en oro, pero con lo de la eterna juventud fracasaron todos. A no ser que el Conde Saint Germain siga vivo, como dicen algunos jejeje
    Un abrazo, dlt

    ResponderEliminar
  10. Vaya usted a saber, pero seguro que de piedra filososfal nada de nada. Algún negociete sucio, sin duda.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  11. Flamel...Me has traido recuerdos de este cabllero, que según fue muy acreditado alquimista....

    De la otra historia no sabía nada, pero parecen que ambos los une un secreto...quizás el mismo.

    De Flamel dicen que si encontró la fuente de la juventud y sigue entre nosotros ;D

    Saludos Marques

    ResponderEliminar
  12. Dos historias intrigantes llenas de curiosidad, fabuloso pero bien me gustaría saber todo el enigma de ello, ya que me he quedado a medio tintero.
    Que tengas un feliz domingo

    ResponderEliminar
  13. Interesante historia amigo mio,el nombre de Nicolás Flamel aparece en uno de los capítulos de una novela de gran auge como es Harry Potter y la piedra filosofal.
    Asi se puede leer:—¡Una piedra que convierte en oro y hace que uno nunca muera! —dijo Harry—. ¡No es raro que Snape la busque! Cualquiera la querría. —Y no es raro que no pudiéramos encontrar a Flamel en ese
    Estudio del reciente desarrollo dela hechicería
    —dijo Ron—. Él no es exactamente reciente si tiene seiscientos sesenta y cinco años,¿verdad?A la mañana siguiente, en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, mientras copiaban lasdiferentes formas de tratar las mordeduras de hombre lobo, Harry y Ron seguían discutiendo quéharían con la Piedra Filosofal si tuvieran una.
    Un saludo
    SEVERINE

    ResponderEliminar
  14. Algún hechizo habrá por ahí porque no hay manera de que se actualice su blog en mis blogs seleccionados.
    Flamel, como tantos otros, trajeron la riqueza a terceros, una vez fallecidos. En Rennes, desde luego se cumple a la perfección la transmutación de leyenda en dinero en beneficio del ayuntamiento y comerciantes.
    Por cierto, la iglesia tiene un diablo terrorífico en la entrada. Todo el pueblo es siniestro.

    ResponderEliminar
  15. Muy interesante estas dos historias, especialmente la de Flamel, que sin saber leer ni tener cultura, llegó a ser escribano y proporcionar nada menos que la piedra filosofal, gracias a su empeño. Saludos, querido amigo.

    ResponderEliminar
  16. Leyendas y misterios sin resolver que seguramente tendrán una explicación lógica que desconocemos. Es que nos encantan estas cosas sobrenaturales. Me encanta como lo has contado. Tenía varios libros que hablan de estos misterios y me los bebía.
    Seguro que habían encontrado algún tesoro:-)
    Bss y feliz semana

    ResponderEliminar
  17. El afán de buscar la piedra filosofal o conseguir oro con diversos metales llevó a muchos codiciosos a buscar o poseer el secreto de estas fórmulas capaces de enriquecer a su poseedor. Poderoso caballero es don dinero. La historia del párroco francés si que está sumido en la intriga y creo haber leído algo en alguna novela sobre los cátaros. Interesantes historias con un punto de intriga y con misterios sin resolver.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Escribano :D Me recuerda ese momento de "el Quijote" cuando Don Quijote le dice a Sancho que no se haga trasladar la carta por uno de esos escribanos que hacen letra procesada que no entenderá Satanás... Flamel es un personaje fascinante, del padre Berenguer Saunière, y la bella e incomprendida Marie,no sabía nada y me ha gustado mucho saber. Y que hermosa se ve "mi" catedral...espero que no hayas vuelto por aquí sin decir nada, jo, que tenía que enseñarte el tercer cubo de la muralla...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Tal vez Flamel sí encontró la eterna juventud, aunque no la eterna vida. Quién sabe si seguía siendo joven cuando murió. Le tocó un tiempo en el que la muerte respetaba aún menos que ahora la juventud.
    El segundo misterio que usted nos menciona,creo que es uno de los que más excita nuestra curiosidad. No pierdo la esperanza de vivir lo suficiente para verlo resuelto :)

    Buenas noches, monsieur

    Bisous

    ResponderEliminar
  20. Letras que mueven a la reflexión, amigo, ilustran, descubren. Interesante este racconto de Flamel y sus incumbencias en la historia. Como siempre un gusto estar en tu casa. Ya no quedan caminos en el fin del mundo. No te pierdas. Te espero en el Beagle. Un abrazo

    ResponderEliminar
  21. Hola!, tu blog esta genial, me encantaría enlazarlo en mis webs. Por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambas partes.

    Me responde a munekitacat19@hotmail.com
    Besoss
    Emilia

    ResponderEliminar
  22. Buenas leyendas que dan para ricos cuentos de intrigas y fantasía.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  23. Las leyendas sin resolver crean un clima enigmático a toda historia.

    un abrazo

    fus

    ResponderEliminar
  24. Querido Dlt, ¡cuánta razón tiene el título de tu entrada! Ya los antiguos decían "Pecunia omnia effici possunt", "Pecunia regimen est unum rerum omnium", y lo peor es que nada ha camiado desde entonces.
    Interesantísima historia nos ofreces con tan singular personaje, Flamel, que dejó abierta al misterio una puerta alquímica; en mi amada Roma hay también una "Puerta mágica" o "Porta Alchemica" real, llena de misteriosos símbolos e inscripciones, en el parque de la Piazza Vittorio Emanuele II, en lo que queda de la Villa del Marqués de Palombara, notable aficionado a la alquimia. No me resisto a dejarte la estupenda entrada de otro enamorado de Roma gracias a quien conocí esta historia:
    http://romaenelcorazon.blogspot.com.es/2010/09/la-roma-magica.html
    Mil bicos, caro.

    ResponderEliminar
  25. -Me encanta esta leyenda y hasta dónde puede llegar el ser humano para vender sus misterios...La piedra filosofal cuantos secretos si desvelar.

    Feliz día de la Hispanidad DLT.

    ResponderEliminar
  26. Me encantan estas historias de intriga sin resolver. Pero es más que habitual que quien se ha hecho rico de la nada o hereda de un tío lejano muy rico y que apenas conoce o directamente se dedica a cosas nada claras.
    Besos

    ResponderEliminar
  27. Interesante historia la del señor Flamel, el hombre siempre ha buscado una piedra filosofal, para tener bienes de fortuna, felicidad, belleza; la vida eterna... y pocos saben aprovechar la riqueza y la oportunidad que se nos presentan con el amanecer de cada día, con lo mas sencillo y cotidiano, así somos ...

    Abrazos

    ResponderEliminar
  28. Hola amigo:Desde mi Blog No te duermas sin un cuento. . .te traigo un regalo, el que comparto con Blogs y autores que conocen la versatilidad del humano y del Mundo, conforme los requerimientos del caso. Te dejo el link así vas derechito hasta él. Un abrazo
    http://miscuentosmimundo.blogspot.com.ar/p/galeria.html

    ResponderEliminar
  29. Hola querido amigo
    Sabía de Nicolás Flamel porque algunas cosas que he leído pero no tan exactamente como tú lo has contado.
    Evidentemente, un personaje atrapado entre las mieles del misterio, la riqueza, los enigmas existenciales y la sabiduría escrita.

    Excelente aporte a la cultura.

    Un beso

    Pd lamento lo de los comentarios en mi sitio, pero a veces los cierro por estrés. Es que no puedo responder a todos como quisiera y eso me da culpa. Sería muy egoísta de mi parte recibir y no devolver la visita como corresponde y todos se merecen.

    Las entradas están todas, tengo los mensajes, tú me dejaste uno en el sepulcro de 1000 años de antigüedad. Gracias.

    ResponderEliminar
  30. Tres personas conocían ese secreto y las tres se lo llevaron a la tumba. Una buena historia sin resolver.
    La riqueza es muy tentadora y puede tentar a cualquiera.
    Gracias por alegrarte conmigo por la publicación de mi libro.
    Con ternura
    Sor.Cecilia

    ResponderEliminar
  31. La historia del aventurero Flamel era para mí desconocida. Asombra lo que aquellos hombres del mundo medieval eran capaces de hacer para obtener la sabiduría en unos tiempos en lo que viajar era casi sinónimo de muerte. Los preligros acechaban a cada vuelta del camino (salteadores, ladrones, epidemias, accidentes, guerras, ataques de animales salvajes) y, sin embargo, miles de seres acudieron entonces a recorrer el Camino de Santiago en busca de paz interior o de conocimientos, como Flamel.
    El caso del párroco Sauniere lo oí por vez primera el Cuarto Milenio (y que conste que no lo sigo, pero sí, cuando veo la tele que es en muy pocas cantidades, soy adicta del zapping) y me puso un poco los pelos de punta. Se sugirió que había encontrado el tesoro oculto de los cátaros o de los templarios. Para mí que el hombre acaparó el jugoso testamento de algún feligrés adinerado....
    Saludos

    ResponderEliminar
  32. La primera historia la desconocía la segunda interesante siempre que no entre en juego el dichoso libro del Código

    Un placer como siempre

    ResponderEliminar
  33. Hola Caballero andante, he leído esta entrada gratamente sorprendida, pues conocía la historia del personaje. Después de leer la novela El secreto del peregrino, de Peter Harris. Una de mis aficiones quizás la mayor es la lectura de todo tipo de género, pero en particular, la Novela Histórica. Gracias por compartir.
    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails