Las consecuencias de la llegada de Pedro de Aragón a Sicilia, en agosto de 1282, fueron inmediatas: Carlos de Anjou levanta el sitio sobre Mesina y se retira al continente. Allí en Italia, con el grueso de sus fuerzas, trata de recomponer su ejército, pero la escuadra aragonesa no le da tregua. Al fin cree tener la solución a todos sus problemas.
El 1 de junio de 1283 Pedro III de Aragón tiene una cita en Burdeos con Carlos de Anjou. Ambos reyes han de verse las caras y mostrar sus aceros en lucha personal. La calidad de los contrincantes hace que toda Europa esté expectante. Conocen la osadía del angevino y la bravura del aragonés, y el encuentro se vislumbra como un gran acontecimiento.
Todo había comenzado a finales el año anterior. En octubre de 1282 la escuadra aragonesa se impuso a la francesa en Nicotera y dejaba a Pedro III, ya bien asentado en Sicilia, los mares libres de riesgos para el asalto de Calabria. El de Anjou, tras la derrota, necesitaba reponerse, ganar tiempo y alejar al rey aragonés de la isla que le acaba de arrebatar, y aún de Italia. Para lograrlo no se le ocurre al francés mejor cosa que acusar de deslealtad a Pedro, de haber atacado sus tierras sin provocación previa; y ello no podía tener más arreglo que el duelo personal. Pedro se ve sorprendido, pero enseguida comprende que la añagaza del francés puede, si sabe usarla, convenirle, además, él nunca a rehusado un desafío. Lo que sí rehúsa es la tregua que Carlos solicita mantener hasta la celebración del combate. Sabe que Carlos necesita reorganizar su ejército y no piensa darle esa ventaja: sus almogávares desembarcarán en la bota de Italia, aunque él se halle lejos.
El 30 de diciembre de 1282 Pedro III de Aragón y Carlos de Anjou firman las condiciones del duelo: Ellos y cien caballeros por cada parte se enfrentarán en Burdeos, ciudad que se elige por estar bajo soberanía inglesa y considerarla por tanto neutral. Y precisamente siendo un duelo entre reyes, será un rey, Eduardo I de Inglaterra, quien presida el lance y haga observar lo pactado: cien hombres y en tierra de nadie. Será el primer día del mes de junio del siguiente año.
Una semana antes del combate, Carlos de Anjou se presenta en Burdeos. Quiere preparar el terreno, disponer cosas y personas a su favor: prepara el escenario del choque, construye la cerca que delimitará el coso y se entrevista con el gobernador de la ciudad, Juan de Greilly, puesto al servicio del francés por orden de Eduardo I, que para el caso había entregado a Francia el mando sobre la plaza. Y aún hay algo más, Carlos ha llevado consigo, además de los cien caballeros convenidos, diez mil soldados que acampan a las afueras de la ciudad.
Pedro es noble y no precisa de mucha preparación, pero desconfía, porque es su naturaleza y porque le avisan.
Don Pedro de Aragón emprende el viaje a Burdeos disfrazado de mayordomo al servicio de un comerciante, persona ésta de su total confianza y acompañado de tres criados, que nos son tales sino tres nobles: Conrado Lancia, Bernardo de Peratallada y Blasco de Alagón, y llega a Burdeos la víspera del duelo. Al día siguiente, 1 de junio de 1283, el día señalado, Pedro sin desvelar aún su identidad solicita una entrevista con Greilly, dice llevar un mensaje del rey de Aragón y pide la presencia durante la entrevista de un notario. Tras la entrevista, Pedro III sabe todo lo que necesita. Como sospechaba, Carlos le ha tendido una trampa, el escenario es una ratonera para él, pero no se preocupa, sabe lo que tiene que hacer. En ese momento se descubre, vuelve a ser Pedro III a los ojos de todos. Greilly, que lo había visto en persona tiempo atrás, le reconoce y le advierte que no puede garantizar su integridad física ni la de sus hombres y le ruega abandone la ciudad. Pedro, entonces, pide un caballo y a su grupa recorre al galope el escenario del duelo. Ninguna de las condiciones pactada se ha cumplido pero de él no podrá decirse que no compareció, pese a todo, en la fecha fijada. Cuando descabalga ordena al notario que levante acta de cuanto se ha dicho y de lo que con sus propios ojos ha visto.
Horas después, se presenta Carlos al encuentro, mas no ve a su rival. A gritos, lo llama retándolo, furibundo lo acusa de cobarde, se desespera, exige una explicación, y es entonces cuando se le muestra el acta notarial que acredita la presencia del aragonés: de cómo se le informó que Burdeos se halla, temporalmente, bajo jurisdicción francesa; que es el rey Felipe de Francia y no Eduardo de Inglaterra el que se halla en la Plaza, de la existencia de un gran ejército en las afueras de la ciudad y, sobre todo, de que el rey de Aragón, sobre su montura, galopó sobre la arena del palenque cumpliendo así su parte.
Carlos furioso ordena la persecución del rey de Aragón, pero es tarde ya. Pedro y los suyos, al galope, con caballos de refresco situados en el camino, llegan a Fuenterrabía. Están en tierra castellana. A salvo.
¡Vaya tretas! Muy listo el rey aragonés y desde luego el rey francés queda malparado en esta historia.
ResponderEliminarMuy entretenida e inetresante la entrada. Como siempre.
Me chocó el final, llega a Fuenterrabía, tierra castellana, entonces.
Un abrazo.
Muy curiosas estas estrategias y episodios de la historia.
ResponderEliminarSaludos.
Un episodio digno de una película de aventuras.
ResponderEliminarNo voy a decir nada del de Anjou, porque es que los Anjou no son santos de mi devoción jajajaja.
Perfectamente sintetizado.
Una forta abraçada.
Realmente de película como dice Dissortat, vaya treta para reírse del otro y quedar bien, furibundo al máximo y burlado quedó Carlos de Anjou.
ResponderEliminarQue fino, el rey de Aragón ;D...pobre el otro, me lo imagino como el tercero de los tricycle cuando los otrs dos no quieren pegarse con él :D
ResponderEliminarNo conocía la historia y ¡Como me ha gustado!
Un beso, dlt, y muy feliz fin de semana
La aventura y la historia se dan la mano tantas veces que llegan a confundir la historia con la leyenda. Me gustó conocer estas curiosidades de la historia, tan bien narradas. Un cordial saludo, DLT.
ResponderEliminarMonsieur, qué historia apasionante, tan hermosamente contada, además! Desafíos, disfraces, añagazas y todos los ingredientes para convertirlo en un episodio novelesco.
ResponderEliminarSabe que usted también me ha acertado con el gusto!
Feliz fin de semana
Bisous
Esto es lo que se dice intriga histórica, jejejeje.
ResponderEliminar¡¡Y luego dicen que la Historia es aburrida, ehh!! Con este episodio que nos narras bien daría para hacer la más activa de las escenas de película que nada tendrían que envidiar a las de ficción.
ResponderEliminarUn saludo!
El duelo pactado era tenía un carácter plenamente Real: dos reyes eran los contendientes y otro el testigo. ¡Qué pena que acabara de esa forma! No se puede decir que Pedro de Aragón no cumpliese con lo pactado.
ResponderEliminarSaludos
A veces las victorias se preparan, algunos no reparan en utilizar metodos rastreros para vencer a su adversario, menos mal que el otro contrincante Don Pedro de Aragon, escucho a sus amigos y no cayo en la trampa que le tendieron, e hizo todo lo necesario, a veces la fuerza bruta no siempre gana...
ResponderEliminarMe encanta tu manera de contar la Historia, es amena y muy interesante.
Un beso de regres
A veces las victorias se preparan, algunos no reparan en utilizar metodos rastreros para vencer a su adversario, menos mal que el otro contrincante Don Pedro de Aragon, escucho a sus amigos y no cayo en la trampa que le tendieron, e hizo todo lo necesario, a veces la fuerza bruta no siempre gana...
ResponderEliminarMe encanta tu manera de contar la Historia, es amena y muy interesante.
Un beso de regres
Siempre hay uno mas listo y se puede decir así, aunque la historia ha sido interesante y amena.
ResponderEliminarFeliz sábado
Un blog realmente interesante, instructivo y muy muy útil...un rincón de historia estupendo, por eso le siguo...Un saludo
ResponderEliminarQué gran historia nos has contado, Dlt, y más inteligente duelo por parte de Pedro III. La astucia y la estrategia eran pilares básicos en aquella época para poder sobrevivir y mantener el poder(creo que también en esta...)
ResponderEliminarUn verdadero placer leer la historia en tu pergamino.
Un fuerte abrazo.
Realmente fascinante tu relato de este trocito de historia donde el arte de la estrategia era finamente cultivado. Un ole para Pedro III y por supuesto para tu forma de contarnoslo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Se me fue rápido la lectura.
ResponderEliminarInteresante estrategia la que que siguió el Rey.
Mejor la forma de contarlo.
Saludos Marques
Muy amena la narración de este retazo histórico. Lástima de que no entodas ocasion ganaba el más noble sino el más artero. Saludos
ResponderEliminarEs un relato caballeresco. Y magistralmente escrito.
ResponderEliminarSaludos.
Que buena historia, no la conocía. Como ya han dicho se podria sacar el guion para una pelicula.
ResponderEliminarSalu2
Buena historia y bien contada, propia para un libro o una película, solo falta el personaje femenino para el toque amoroso, porque ya hay envidias, traiciones, huidas y un final feliz.
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana.
¡Bien por Pedro! Un digno hijo de su padre.
ResponderEliminarAbrazos, dlt.
Muy buena lucha de estrategas, Pedro estuvo muy hábil y listo, se la jugo bien al francés.
ResponderEliminarBesos
muy muy muy bueno tu blog. realmente. te dejo el mio www.postsdeunreinoalien.blogspot.com
ResponderEliminarnos seguimos y vemos
jackie
Nos salió listo el rey de Aragón. Se libró por los pelos.
ResponderEliminarUn saludo.
O estrategia, o como dice el refrán:
ResponderEliminar"A enemigo que huye, puente de plata"
Saludos manchegos, Desde...
Nuesto protagonista estuvo más avispado que el pérfido francés. ¿Sabía usted que los franceses se intentaron vengar siglos después de la humillación sufrida con una acción más deplorable y cobarde? todos los cuerpos enterrados de los reyes aragoneses fueron sacados de sus tumbas y esparcidos. Todos menos el de nuestro protagonista. Aquí tiene la noticia :-))
ResponderEliminarhttp://www.elperiodicodearagon.com/noticias/escenarios/la-tumba-de-pedro-iii-grande-sigue-intacta-desde-ano-1303_541313.html
infinitas gracias por siempre regalarnos sabiduría y belleza en letras, besinos de esta amiga admiradora.
ResponderEliminarDesde Játiva, pasando por la Sicilia y llegando hasta este relato histórico sobre el duelo de los reyes, ciertos y confusos, todo aquí ilumina el pensamiento. Un abrazo, amigo. Nos vemos en el camino.
ResponderEliminarEntre pillos anda el juego... el francés un listo y el aragonés un figura...
ResponderEliminarAunque el método del duelo entre los jefes es algo que debería seguir en vigor... se acabarían las guerra mañana mismo si los que se matasen fueran ellos.
Que interesante historia. Desconocía esta consecuencia de las vísperas sicilianas. El de Anjou se pensaba más inteligente, pero Pedro era uno curtido en mil batallas.
ResponderEliminarUn saludo.
Listo este mañico,es que en esa época fiarse de un ingles y un francés es alto peligroso...
ResponderEliminarEs interesante la historia narrada por ti.
Un besote
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ResponderEliminarGreat things from you. I read your stuff before, back too. I love you here, love the way that you
ResponderEliminarchoose, you say. You make fun of you or management is wise. I can not wait for you to read more.
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