NO SÓLO PINTÓ A LA MUJER MORENA

   Conocido sobre todo por sus retratos, en su primera etapa de juventud había dedicado sus inquietudes a temas sociales. Los cuadros de temática morisca y costumbrista, mezclado con alguno de carácter religioso y algún retrato predominaron en su obra; pero fue a partir de 1907, ya entrado Julio Romero de Torres en la treintena, cuando dedicó sus afanes al retrato femenino. Casi como una excepción podemos ver algunos retratos masculinos. Alfonso XIII, los toreros Belmonte, El Guerra o Machaquito, o algunos políticos o militares, no muchos más, posaron para él, casi como una anécdota. No es casualidad, pues, que al recordarlo se piense o diga de él haber sido el autor que pintó a la mujer morena, así en singular, como si sólo fuera una o fuera la idealización de un determinado tipo de mujer, aunque lo cierto es que pintó muchas.

   De las famosas de la época, dejó en sus lienzos imágenes de las artistas Raquel Meller, Pastora Imperio o Lolita Astolfi; de Colombine, pseudónimo usado por Carmen de Burgos, periodista que fue la primera redactora del ABC, y corresponsal de guerra, o de Mabel Rick o Isolina Gallego, esposas de sus amigos el escritor Pérez de Ayala y el pintor Ramón Zubiaurre. Aunque, a decir de muchos, Valle Inclán entre otros, fue injustamente tratado en los concursos a los que se presentó en 1908 y 1912, privándole de premios por atrevido, cuando no declaradamente provocativo e inmoral, su fama le precedía. Cuando Josephine Baker visitó España, buscó al artista para pedirle que la retratara. Estaba Romero de Torres en el extranjero entonces, y quedó Baker sin su retrato.

   De las desconocidas dejó muchos más cuadros, los que realmente le dieron fama, los de sus modelos de grandes ojos, piel morena y negros cabellos.

   La osadía de sus lienzos, y puede que también la fama de galante conquistador de la que gozaba Julio Romero pudo tener que ver, sin que el pintor tuviera culpa en el fatal caso de alguna de sus modelos.

Muchacha en la ventana, de Julio Romero de Torres

  Vivía en la calle Postrera de Córdoba una muchacha de grandes ojos y cara triste que el pintor descubrió por casualidad, como por casualidad le impresionan a uno las cosas sin previo aviso. Estaba la muchacha cosiendo tras la reja de la ventana de la estrecha y blanca calle. Desde entonces, acostumbró don Julio a pasar por dicha calle y al fin se hablaron. Y supo el pintor el porqué de aquellos ojos tristes: que a la muchacha se le había impuesto un novio que no quería; que su padre, que era de pocas palabras, pero de brazo largo, sólo atendía a lo suyo, y que la muchacha era tan desgraciada como sus ojos decían. Quiso el pintor plasmar aquella pena en un cuadro y propuso Romero a la chica posar para él. Ella resignada a no compartir su desgracia, reservada, dejó de coser junto a la reja y el pintor dejó de pasar por la calle Postrera. Un día, a la casa del pintor, en la plaza del Potro, llega ella. Se ofrece. Se dejará pintar por el maestro. A la casa de la plaza del Potro, acude ella cada tarde, donde Julio va guardando en un lienzo parte de la tristeza que emanan aquellos grandes ojos negros. No sabe la muchacha que igual que ella, cada tarde, su novio la sigue, la espía. Una tarde, anocheciendo, alcanza el ruin celoso a la infeliz. La recrimina sin causa, la insulta, la empuja. No escucha, no oye razones de su inocencia. Luce entonces el reflejo del acero y un cuchillo se hunde en el pecho de ella. Sanará de sus heridas, pero ya no volverá más a la plaza del Potro. Julio irá a verla a su casa de la calle Postrera, pero ella ya es otra. Más triste, más callada, nada dirá y el pintor acabará el cuadro con el recuerdo ─y quizás con el rostro de otra modelo, pero con la melancólica expresión de aquélla─, y lo titulará “Carmen”(1). Nunca olvidará el pintor a Carmen ni lo que le ocurrió. Dos años después, en 1917, Julio Romero de Torres pintará “Malagueña”, y dicen que la escena del fondo fue evocación de los hechos que el pintor nunca pudo olvidar.

(1) El cuadro “Carmen”,  https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Carmen_(1915)_by_Julio_Romero_de_Torres.jpg ,  cuya modelo fue Rafaela Ruiz ─como lo fue también de otra versión del mismo cuadro titulado “Muchacha en la ventana” ─, es hoy propiedad particular de la Fundación  PRASA.
Licencia de Creative Commons

15 comentarios :

  1. Algo que compruebas cuando visitas su museo en Córdoba.
    Saludos.

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  2. Muy interesante, siempre me interesó su pintura y por ende su biografía, hace mil años hice un trabajo académico, para ayudar a mi hija, sobre el y como pasa siempre cuanto mas conoces mas te interesa. Me ha encantado leerte. Un abrazo

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  3. Tremendo el relato de la modelo, desde luego las pinturas de las mujeres Romero de Torres las miraré de otra manera.
    Saludos

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  4. Una buena síntesis de la trascendencia de tan reconocido pintor del siglo XX, su mujer morena y los billetes de cien pesetas.

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  5. Gracias a su entrada he vuelto a revisar la obra de este pintor que siempre me deja varios puntos de inquietud: La escala en diversos elementos de sus mujeres, la profundidad que conseguía en sus ojos, tan árabes, dotándolos de un sentimiento silenciado a gritos.
    Aparte está la mirada del artista, con esa polivalencia de inocencia/deseo/seducción, que descoloca al observador.
    Un placer, querido DLT.

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  6. ¡Vaya historia! Ignoraba este suceso y es cierto que acostumbramos a etiquetar a la gente y lso artistas sin llegar a saber la historia que esconden muchos cuadros. Un saludo.

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  7. Como siempre interesante historia. No conocía este pintor, y me ha llamado la atención su expresión.

    Saludos Amigo, que todo vaya bien

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  8. Confieso que no conocía más cuadro suyo que el de "La chiquita piconera" y gracias a esta entrada he podido ahondar en su obra y sus circunstancias.
    Un placer como siempre.
    Gracias y un abrazo :)

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  9. Un gran pintor, sin duda.
    Y una historia triste, que desconocía.
    Un abrazo.

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  11. Julio Romero de Torres, un pintor por descubrir y que merece la pena una exposición grande. Se le conoce por artista folclórico, de esos cuyas obras el régimen franquista utilizaba en sus billetes y los cantaores en sus cantes. Craso error. Hay que ahondar para conocer su obra.
    Un saludo

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    1. A mi me encanta Julio Romero y cada vez que voy por Córdoba "mi tierra" ya me tienes en la plaza del Potro para visitar su museo. No sabía de la triste historia que nos traes. Perdona que te haga el comentario en el espacio de Carmen Dlt, pero no me deja publicarlo de otra manera.

      Besos

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  12. Uno de mis pintores favoritos aunque no sea el más cotizado. Excelente post y desconocía la historia, pero si he visitado el museo en Córdoba. Un abrazo

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  13. Conocía buena parte de su historia, pero no con tanto lujo de detalles, que gracias a ti, acabo de aprender.
    Y aunque la mayor parte de su obra se compone de retratos, yo siempre lo he considerado como un pintor regionalista, que nos ha dejado un hermoso y bello legado.
    Un fuerte abrazo.

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  14. Julio Romero de Torres fue el mayor simbolista que ha tenido el país, sus cuadros tienen dos miradas... Los que solo ven a la mujer, la morena de ojos negros y tristes y lo que realmente cuentan sus cuadros y los que el pintor llamaba "los lejos"
    Fíjese que esta historia jamás la había oído ni leído.
    Un saludo

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