Se habla de once mil, aunque probablemente fueran sólo once. En cualquier caso, si no hay pruebas concluyentes de su existencia, sí hay indicios de que existieron. La leyenda grabada en una losa que se conserva en la iglesia de Santa Úrsula de Colonia, fechada hacia el siglo V, indica que algo sucedió. Sucediera o no lo allí escrito, son consideradas como las primeras integrantes de la orden de las ursulinas.
Úrsula era una joven y bellísima princesa bretona pretendida por un príncipe pagano. Ella, católica, aceptó a su enamorado, pero le impuso ciertas condiciones que deberían ser cumplidas antes de celebrar el matrimonio. Pretendía con las condiciones impuestas retrasar la boda lo suficiente para que el pretendiente abandonara el paganismo y abrazara la fe cristiana.
Pidió Úrsula que pusiera a su servicio once doncellas y once mil sirvientas, y visitar Roma. Las condiciones fueron aceptadas y Úrsula y su séquito iniciaron el viaje. Acompañaba a la princesa su prometido, que a estas alturas se había convertido al catolicismo y deseaba también visitar la cuna del catolicismo.
En la primera parte del viaje llegaron a Colonia. Allí hicieron parada, y allí fue donde un ángel anunció a Úrsula que en esa misma ciudad sería martirizada. El viaje prosiguió y cuando llegaron a Roma fueron recibidos por el papa Ciriaco. Éste también había sido avisado en sueños que sería martirizado en Colonia, en compañía de Úrsula y sus doncellas, por lo que cuando Úrsula emprendió el viaje de retorno Ciriaco les acompañaba. Cuando llegaron a Colonia fueron hechos prisioneros por los hunos. Los bárbaros, paganos, herederos de la brutalidad de su antiguo jefe Atila(1), masacraron a toda la comitiva excepto a Úrsula, que fue cortejada por el jefe de los bárbaros. Pero Úrsula resistió los embates del rey huno, y éste, rabioso, ordenó que la matasen. Una flecha atravesó el corazón de la ya mártir y dicen que en ese momento el cuerpo se desvaneció.
Colonia fue cantera de innumerables reliquias. Las once mil doncellas martirizadas y enterradas allí sirvieron para llenar relicarios de innumerables iglesias. Se dice que en cierta ocasión se pidió a la abadesa del camposanto en el que estaban enterradas las vírgenes el cuerpo de una de ellas para venerarla en un templo. Accedió la religiosa a condición de que dichos restos fueran guardados en una urna de plata; pero la instrucción no fue cumplida por el solicitante, y se asegura que la mártir trasladada se levantó y por su cuenta volvió al cementerio del que la habían trasladado.
(1) Existen varias versiones sobre la historia de Santa Úrsula. También es muy variable la fecha en la que sucedieron los hechos por lo que algunas versiones indican que el rey huno que la martirizó fue el propio Atila. Incluso la existencia del papa Ciriaco es puesta en duda, ya que en la nomenclatura de los papas habidos ninguno figura con tal nombre.
Hoy sería imposible encontrar once mil vírgenes. Se tendría que conformar con bastantes, bastantes menos. Un saludo
ResponderEliminarBonita historia la de esta orden de las ursulinas. Aunque este tipo de historias pierden su veracidad en el oscuro túnel de los tiempos.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
¿Historia o leyenda?
ResponderEliminarNo se por cual decantarme.
Como Leyenda, Muy interesante para las largas noches medievales ante un buen fuego.
De todas formas muy misteriosa.
Saludos.
Creo que en esta historia lo mejor pensar y creer lo que uno quiera, ya que no se sabe muy bien que parte hay de verdad, el que volviese al cementerio del que había sido trasladada es difícil de creer.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, abrazos
Menos números en esta historia o leyenda hubieran contribuido hacerla más creíble y no obstante hay está de santa pero yo creo que más bien junto a once, no once mil.
ResponderEliminarUn saludo.
La tradición oral ha sido siempre tendente a la ponderación de los hechos, pero parece incuestionable el martirio de Úrsula. ¿Imaginen ustedes las once mil horas de televisión que podría llenar Telecinco con un hecho semejante?
ResponderEliminarYo también me inclino más por once que por once mil. Las leyendas ya se sabe.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas vírgenes me parecen, sí. Pero en algo se basará la leyenda.
ResponderEliminarDe todos modos, monsieur, a mí me parece poco santo eso de exigir once mil sirvientas. Porque vale que pretendiera ganar tiempo, pero mire que se pueden encomendar misiones sin necesidad de ir a parar ahí.
Y eso de que las muertas exijan urnas de plata o si no se van! Vaya ínfulas, monsieur! Aquí hasta las servidoras tienen caprichos muy caros.
Feliz fin de semana
Bisous
Lo más seguro es que la cantidad vírgenes fuera con unos cuantos ceritos menos. Aún así, la leyenda sigue presente.
ResponderEliminarComo dice Francisco, el martirio de Úrsula parece verosímil, pero su cortejo es algo exagerado.
Un saludo!!
Conocía la historia porque mi tía abuela (favorita) se llamaba Úrsula y además era religiosa, pero el detalle de la virgen que se vuelve ella solita a su tumba me ha dejado... bueno, ya te imaginarás.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Una historia muy entretenida, eso sí, menos mal que yo no fui testigo del "levantamiento de cadáver y retorno a su tumba".
ResponderEliminarLa verdad que cada santo, beato o religioso tiene una vida de cine detrás.
Un abrazo.
Estuve en la catedral de Colonia hace unos años, impresionante, aunque no recuerdo bien las imágenes que nos citas. Una historia increíble de inicios del Cristianismo, con una Papa que incluso deja Roma a sabiendas que va a ser martirizado en Germania.
ResponderEliminarUn saludo.
Me ha gustado mucho el final de la entrada, sobre la doncella que al no estar en la urna de plata, se fue...Menudo susto el que le daría a los peregrinos que estaban en ese momento ;D
ResponderEliminarUna histora perdida en la noche de los tiempos...
Saludos
Interesante la historia de Santa Úrsula y sus once mil vírgenes. Y cuidado con no cumplir con los deseos de la abadesa. Y como se agiganta todo, de unas cuantas sirvientas a once mil. Casi nada. Que tenga un buen fin de semana.
ResponderEliminarAy la historia del cristianimo, tantos mártires muertos por su Señor. Una pena de vidas truncadas por ese servicio a su Dios, sobre todo en esos años de barbarie en la crisis final del Imperio Romano.
ResponderEliminarSaludos DLT.
Leyenda o no resulta interesante porque es una muestra de valores que para muchas gentes son importantes en sus vidas.
ResponderEliminarUn saludo.
Estoy de acuerdo con el señor de Valverde. La antigüedad del culto hacia ciertas reliquias, veneradas desde hace siglos, las legitima, al margen de su autenticidad.
ResponderEliminarEs sabido que el rumor deforma la verdad cuanto màs pasa el tiempo.
ResponderEliminarUrsula no pidio mil virgenes, su demanda era de 11 doncellas y 11 mil sirvientas... lo de Virgenes fue añadido.
Interesante historia.
Un saludo
Las leyendas siempre parten de un hecho real, eso sí, magnificado y envuelto en misterio, con la intervención de lo maravilloso.
ResponderEliminarPero a mí me encantan, en especial por ese porcentaje de verdad que contienen.
Un saludo
Coincido con los anteriores comentarios: ya es imposible separar la parte histórica - que seguro la tiene - de la leyenda.
ResponderEliminarA mi siempre que se nombran me recuerda "La Tesis de Nancy", de Ramón J. Sender, donde uno de los gitanillos preguntaba muy extrañado "Pero ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?"
Abrazos, dlt
¡Qué insistencia, Dlt, la de las leyendas cuando se alude a las doncellas y su virtud, desde las mártires romanas del primer cristianismo (Sta. Cecilia en el Trastévere, Sta.Agnese in Agone en Plaza Navona), hasta el teatro de Lope, donde el honor familiar suele estar ligado a la mujer y es justo recuperarlo con venganza y sangre!
ResponderEliminarMil saludos.
Ignoraba yo que la literatura de zombies empezó con una de estas mártires... que cosas.
ResponderEliminarBonita leyenda, aunque lo de encontrar tanta virgen lo veo complicado (y no digamos si fuera hoy en día) . Tengo muchas ganas de visitar Colonia, le catedral me han dicho que es espectacular.
ResponderEliminarPor otra parte he encontrado que la imagen de Úrsula fue asimilada con la de la diosa germana Freyja (también llamada Horsel o Ursel), que protegía a las doncellas vírgenes y las recibía en el ultramundo si fallecían sin haberse casado. Es curioso cómo se adaptan las costumbres y creencias paganas al patrón cristiano.
Un saludo y gracias por su entrada.
Muy interesante la historia de las once mil vírgenes, la verdad, que la religión cristiana tiene un gran historial de héroes y mártires, y también, de mitos y leyendas, que se confunden y se mezclan hasta hacerse difícil encontrar los hechos reales.
ResponderEliminarUn abrazo
Hoa desdelaterraza, una curiosa historia muy bien contada, como dice alguien por ahí, encontrar hoy en día once mil vírgenes sería casi misión imposible...Me reitero me encanta entrar a su blog y deletairme con una Historia diferente a la siempre hemos estudiado...Un abrazo
ResponderEliminarInteresante historia, nunca sabremos hasta que punto es realidad y hasta cuanto se exageró por magnificar la figura de Úrsula y su martirio.
ResponderEliminar¡¡Beso grande!!
infinitas gracias por hacernos participes de tan magna e interesante historia, besinos de esta amiga admiradora.
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