Construida a finales del siglo XVII o principios del XVIII, estuvo en uso hasta 1906. La electricidad
y las modernas fábricas de hielo la hicieron inútil, pero ha quedado como testimonio mudo de la arquitectura rural, sin más historia que la pequeña historia de aquello para lo que sirvió y del
modo de vivir en otros tiempos.
La
construyó Joan Puig, al parecer especializado en la construcción de este tipo
de obras, por encargo de la ciudad de Xátiva, aunque se halle ubicada en Agrés,
en la alicantina Sierra de Mariola, región elevada en la que varios picos
superan los mil metros y se registran copiosas nevadas durante sus rigurosos inviernos.
Este pozo de nieve, conocido también
como La Cava Gran ,
tiene unos quince metros de diámetro, su profundidad alcanza los doce metros y se alza a 1.200 metros sobre el nivel del mar. El lugar era, pues, ideal para la fabricación de
hielo. La nieve llevada a los neveros, apisonada y convertida en hielo, era distribuida
a partir de la primavera para la conservación de alimentos y preparación de
refrescos y helados en las poblaciones próximas y aún, mediante el transporte
adecuado, a otras más lejanas.
Quizás
sea, y el viajero está conforme con esa opinión, en que es posiblemente la
mejor y más hermosa obra de este tipo que se conserva por sus dimensiones, su
aspecto elegante y estado relativamente bien conservado, y ello pese a falta de la
cúpula que, cubriendo el pozo, rellenaba los espacios existentes entre los sillares de los arcos.
De aquélla sólo nos ha llegado, como remate coqueto, la cimera de piedra mampuesta.
Del resto, de madera y teja, se sabe que desgraciadamente, tras su abandono en
el 1906, fueron retirados para ser usados como materiales de construcción en
algunas viviendas de Agrés.
Que bonito. Me ha encantado el reportaje. Cuanto arte e ingenio y que pena que la gente desmonte los materiales para sus propios chiringuitos.
ResponderEliminarYa volviendo a la normalidad o al menos intentando:-)
Bss
Lástima que muchas obras tengan ese triste final, utilizadas como material para construir otras.
ResponderEliminarBuenas noches, monsieur
Bisous
Evocativa y elegante, si señor.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Amigo:
ResponderEliminarLastima el final de la cava, pero toda una demostración del ingenio del hombre.
Saludos, que todo vaya bien
Un bello testimonio que no sólo habla de una arquitectura, sino de la prehistoria de nuestros electrodomésticos. Una belleza de entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaja, qué gracia me ha hecho el comentario de Francisco, sí señor, una nevera preciosa, ahí en mitad del campo, sin cables, sin enchufes, y seguro que hacia un hielo magnífico.
ResponderEliminarUn abrazo DLT.
Desde luego, por lo que se muestra en la foto, es muy bello. Como dice Madame, es una lástima; pero casi es ley de vida que las viejas piedras se reutilicen para nuevas construcciones.
ResponderEliminarUn abrazo, dlt. Tras el largo parón, intento volver a la actividad
Estupenda muestra de "nevera" artesana. Cuando estuve por tierras del Pirineo navarro pude apreciar algunas muestras similares. Al parecer, la nieve la tapaban con paja para que durara más tiempo. Todo un invento.
ResponderEliminarUn saludo.
Al ver tu publicación creía que nos ibas hablar de un templo maya, pero veo que nada tiene que ver.
ResponderEliminarMuy bueno debía de ser además de bonito, ya que permitía la fabricación de hielo y complacer las necesidades de aquellos tiempos.
Un abrazo.
Curiosa edificación, que desconocia.
ResponderEliminarEn Constantina, estaba los "Pozos de la Nieve", que abastecían a Sevilla, de nieve.
Saludos, manolo
Muy buen reportaje. Sabia de pozos de nieve por Granada, no de esa construcción sobre el pozo.
ResponderEliminarUn abrazo.
ME RECUERDA A ALBEROBELLO Y SUS TRULLI.
ResponderEliminarSALUDOS
Una bella y útil edificación para aquellos tiempos. El aprovechamiento de los materiales era una cosa bastante común. Aquí, las piedras del castillo están diseminadas por las casas de la ciudad, e incluso el Ayuntamiento las utilizó para la construcción de la bóveda sobre el río Queiles para la realización de la plaza de toros en el siglo XVI. Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarFabulosa, no tenía ni idea de que existiera, con dedicación se podría recuperar su cúpula, ya que no existen otras pienso lo deberían hacer. Un abrazo.
ResponderEliminarConbstrucción rara y muy particular, habida cuenta de que las que se conservan por aquí, llamadas pozos de nieve, constan de una cavidad en el suelo, de bastante profundidad y anchura, de tres modalidades: excavada directamente en la roca, aprovechando una oquedad natural de la roca o formando con sillares un circuito cerrado. En algunos casos estas tres formas pueden utilizarse al mismo tiempo. Algunos ejemplos se conservan aún en la sierra, a una altitud considerable. Por cierto, la posesión de estos pozos de nieve y su utilización eran de propiedad ducal en la Edad Media y Moderna.
ResponderEliminarUn saludo
Es un mundo muy interesante el de la conservación y la comercialización de la nieve. Y completamente perdido. El ejemplo es muy relevante, como muestra de la arquitectura tradicional.
ResponderEliminarSaludos y buen curso.
Hola, regreso de mis largas vacaciones, casi tres meses.
ResponderEliminarVeo como dices una edificación elegante, realmente es bella y menos mal que aún se conserva.
Me ha encantado conocerla.
Un abrazo
Sor.Cecilia
Gracias a esos bloques de hielo para poder soportar los veranos tan largos de aquellos tiempos: cuando todo se conservaba durante el invierno en las fresqueras.
ResponderEliminarLos veranos mediterráneos que son tan agobiantes y me imagino en aquellos tiempos.Tiene muchísima razón que este pozo de hielo es una obra maestra porqué los que existen por estos lares en las zonas atlánticas se escaban en las rocas y se sellaba el poco hielo que se consegía conservado con sal ya que las temperaturas son más cálidas.
Y comenzó la vuelta al cole ayer tuvimos las recuperaciones y la próxima semana comienza el curso.
Un abrazo feliz día DLT.
Querido Dlt, nos traes en esta ocasión un hermoso y elegante ejemplo de lo útil acompañado de lo estético; lástima que no se haya conservado por completo, pero el respeto por las antigüedades es una idea moderna, a sabiendas del reaprovechamiento de materiales para obras nuevas, de lo que es un claro ejemplo Roma, donde, por poner sólo un par de ejemplos, el Coliseo y el Teatro Marcelo han sobrevivido a duras penas tras años y años de servir de pedreras.
ResponderEliminarMil bicos, caro amico.
La arquitectura rural ofrece muestras sorprendentes de ingenio y pragmatismo, basado sobre todo todo en la necesidad de resolver situaciones cotidianas, como ésta de producir hielo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué interesante esa construcción y qué bien conservada. Conocía algún nevero integrado en un edificio principal como el del castillo de Olite, pero lo que muestras abre la curiosidad por ese tipo de espacios levantados específicamente para ese uso. El florón del remate nos habla de la satisfacción del artesano ante el trabajo bien hecho, da la sensación de una rúbrica y vale la pena llamar la atención sobre él.
ResponderEliminarMe ha encantado ver este tipo de construcción, no lo conocía, muy interesante y bien conservado. Ahora bien, me quedo con las ganas de saber como hacían el hielo, ya que entiendo, que llenaban ese depósito con nieve de la montaña; así que me pongo presto a averiguarlo, ya que me ha picado la curiosidad.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
La verdad, parecen los restos de una tumba o de una casa de jefe ibérico, más que una construcción para el hielo. Muy curioso.
ResponderEliminarSaludos.
Toda una lección de bella utilidad o... ¿será más bien útil belleza? Un descubrimiento. Muchas gracias.
ResponderEliminarPor cierto, gracias también por el enlace. Un detallazo.