Como
a todo traidor el misterio lo envuelve, y sin embargo, todo el mundo lo
conoce. Estos días cuando la comunidad cristiana celebra la pasión y muerte de
Jesucristo, recordamos uno de los pasajes de la Historia Sagrada que más influyó
en la construcción de la nueva fe: el
momento en el que, en el Getsemaní, Judas Iscariote, el apóstol traidor, señala
al Maestro con el ingrato beso de la traición, pues sin ella ─así estaba
escrito─, no podía haber redención.
Poco
se sabe sobre los orígenes de el Iscariote y de su vida como apostol antes de la traición: apenas que había nacido en Judea y que era tesorero
del grupo, como afirma Juan en su Evangelio, quien no tenía muy buena opinión
del apóstol traidor, pues lo califica de ladrón al decir que, sin interesarse
por los pobres, dispone de la bolsa para sí. También que era conocido como el
zelote, ya que al parecer había pertenecido a ese grupo de activistas que luchaban contra el poder
de Roma. Si fue la mansedumbre de Jesús frente al gobierno ocupante y la
indiferencia por los asuntos políticos, con la consiguiente decepción de Judas
o, simplemente, la avaricia, es cosa que no sabemos, pero sí que llena su bolsa
con treinta monedas de plata, acompañado
de un tropel de gente, con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes y
los ancianos del pueblo llegó hasta
el huerto de los olivos. Allí había advertido a los que le acompañaban: “Al que
yo bese, ese es: prendedlo”.
El prendimiento o El beso de Judas. Taller de Caravaggio. Museo del Patriarca de Valencia |
Caravaggio, personaje paradójico, rebelde y controvertido, maestro del claroscuro, no conforme con representar lo que su imaginación le dictaba, decide presentarse en tiempo y lugar que no le corresponde, con un farol, siguiendo la narración evangélica de San Juan, e iluminar la escena donde sucede la traición, para mostrarnos a un Jesús resignado, con sus ojos entornados, mientras el traidor lo entrega a la soldadesca, y por detrás un discípulo de Jesús huye horrorizado. Nos revela así todo el dramatismo de la escena, aumentado con las armaduras contemporáneas que lucen los soldados.
De
este cuadro existen varias copias de mayor o menor calidad. Este que vemos se
halla en el Museo del Patriarca de Valencia y, aunque atribuido a Caravaggio,
no debe serlo, pero sí probablemente de su taller. El original fue pintado muy
probablemente en 1602, pues el 2 de enero de 1603 consta el pago que por él
hizo en Roma Ciriaco Mattei, en cuyo palacio estuvo durante dos siglos, hasta
que se le perdió la pista.
Caravaggio sabía lo que eran las grandes pasiones.
ResponderEliminarSaludos,
Pobre Judas. En el fondo era el eslabón necesario de una cadena. Le tocó a él el papel de traidor porque tenía que haber uno. Ya estaba todo dispuesto desde las alturas. En todo caso, un personaje apasionante. En la ópera rock Jesucristo Superstar, comparte el estrellato con el protagonista. Las mejores voces sedisputan ambos papeles.
ResponderEliminarAl final, ambos mueren porque así estaba decidido desde "arriba".
Un saludo.
A mi me dá mucha pena el pobre Judas. Tenía marcado su papel desde la eternidad, aunque sin duda fue decisión suya, en su libre albedrío..
ResponderEliminarPodría usted organizar su museo particular reuniendo los lienzos que nos ha ido mostrando en esta su casa. Juntos forman una bonita colección.
ResponderEliminarEl de hoy viene muy a propósito de estas fechas en las que da comienzo la semana santa.
Sigue habiendo mucho discípulo de Judas por ahí suelto. No sé si tendríamos que compadecernos de todos ellos. Menudo trabajo.
Feliz tarde
Bisous
Caravaggio. Mira que sé poco de pintura, pero este hombre me sigue teniendo como admirador boquiabierto. El beso de Judas ya es un mito y un algo humano, ¿cuántos besos así se habrán dado? No sabía lo del cuadro falso. Y eso que tenía una reserva para hacer inversiones de arte, Carvaggio, Turner, Picasso... Suerte que estoy avisado. Saludos.
ResponderEliminarEse beso de Judas, con el color subido enmarcando el gesto de Jesús, emociona porque sabemos su mansa aceptación de la traición, ahí está la mano del centurión prendiéndole, aún antes de que el beso se consume.
ResponderEliminarSaludos
Personaje oscuro, Judas encarna la maldad en la historia de Jesús. Sería interesante haber conocido su versión de los hechos, como el de los vencidos en las guerras.
ResponderEliminarUn saludo
Hoy precisamente he pasado esta mañana por la Iglesia del Patriarca para enseñarle a mi nieto el cocodrilo disecado. Hace mucho tiempo que no paso por el museo pero tu entrada de hoy me ha generado las ganas de volver a visitarlo. Con tu permiso te robaré la idea de tu entrada cualquier día de estos. Un abrazo.
ResponderEliminarTendré que ver la copia. Me queda más cerca que ir a Dublín. Interesante entrada.
ResponderEliminarSaludos
Creo que no todos y no siempre somos conscientes de lo que debemos a la imaginación de los artistas que han sabido plasmar episodios de la Historia de una forma magistral.
ResponderEliminarUn abrazo Dlt.
El beso de judas...Cuantos se habrá dado de forma anónima...
ResponderEliminarCuando vuelva a Valencia iré a ver está copia. Es simplemente genial
Saludos. Que todo vaya bien
Un cuadro con mucha polémica hasta su destino definitivo.Muy acorde para esta semana de reflexión.
ResponderEliminarTriste papel el de Judas y, en cambio es uno de los santos más solicitados : dicen que es, abogado de los imposibles...?
Feliz Semana Santa un abrazo.
Encuentro una buena pintura, no conocía el cuadro del beso de Judas, pues como dices hay más de uno, éste particularmente me gusta el apóstol huyendo y la cara de Jesucristo dejándose caer por el beso del traidor.
ResponderEliminarQue pases unas buenas Pascuas.
Estoy harto de blogspot, no me deja publicar los comentarios porque lo hago con wordpress. Parece que solo existe google y todo lo que le rodea. Así que publicaré como ellos quieren.
ResponderEliminarDecía que Judas representa una pieza necesaria para que todo discurriera como estaba escrito, de esa manera cumple su papel, que una vez hecho no lo puede soportar, y según algún evangelista, acaba con su suicidio. Triste final.
Este cuadro que nos presentas hecho en el taller de Caravaggio, muestra una visión diferente de este suceso, como diferente era Caravaggio, un pintor con una vida muy convulsa y una mirada muy especial sobre diferentes temas que le causó muchos problemas durante toda su vida.
Interesante entrada, DLT.
Un abrazo.
La luz cálida que se intuye de varios faroles y el brillo de las armaduras. Las manos entrelazadas de Jesús y ese gesto de resignación y hastío ante la traición.
ResponderEliminarReina el rojo en esta entrada tan oportuna.
Con mis deseos de un buen descanso para estos días.
Interesante el cuadro que hoy nos trae para recordar este tiempo de Semana Santa. Creo recordar cuando leí la noticia de su recuperación tras el robo hace años en Ucrania o una copia no recuerdo bien, es un magnífico exponente de su pintura, no lo he podido ver al natural pero creo que en él se pinto el pintor pues es la cara superior derecha, incluso leí algo sobre las uñas de esa supuesta mano también del pintor, la suciedad de la uña de ese dedo pulgar que se ve, usted dirá si es cierto…
ResponderEliminarUn cordial saludo caballero andante y buenas vacaciones de Semana Santa.
La pintura de Caravaggio es como su vida: apasionada y violenta. Tabernas, mercados y burdeles eran las fuentes de su inspiración y por eso sus figuras tienen esa vitalidad y dinamismo tan poco corriente en la pintura de su época.
ResponderEliminarCurate ut quam optime ualeatis.
Es impresionante ver lo que transmite el cuadro, Caravaggio conocía el alma humana de una manera tan profunda que podía representarla maravillosamente en sus pinturas.
ResponderEliminarSobre la historia, la desconocía, así que agradezco haber aprendido algo.
Un abrazo.
HD
Hola, una entrada genial para esto días que estamos viviendo, conozco bastante de la vida de Judas Iscariote, pero desconocía la obra de Caravaggio, algún día cuando vuelva por Valencia la visitaré.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buena entrada para estos días de Semana Santa.
ResponderEliminarJudas Iscariote era el administrador de los discípulos de Jesús y muy avaro, y en él se cumplieron las Escrituras.
San Judas Tadeo también formaba parte de los 12 discípulos y veo que algunos lo confunden con facilidad con Judas el traidor,
En cuanto a las pinturas, me ha gustado verlas, no sabía lo del robo y su actual destino del auténtico.
Gracias
Feliz Pascua de Resurrección.
Un gran abrazo