CALIXTO III, SECRETARIO Y PAPA

      A Alma, que me pidió contara algo sobre Alfonso Borja 

   Podría pensarse que llegó a ser papa por designio divino, cuando, según la leyenda, corriendo y jugando con sus amigos por las calles de su pueblo natal, Torre de Canals, baronía de Játiva entonces, tropezó con un fraile dominico que le anunció, sin que seguramente el niño llegara a comprenderlo muy bien, que dirigiría la cristiandad y siendo papa le canonizaría a él. Aquel fraile era Vicente Ferrer y aquel niño sería Calixto III. Pero no fue sólo cosa del cielo que aquello tuviera que suceder así. Él puso mucho de su parte también.

    Proviene Alfonso de una de las ramas menos pudientes de los Borja. Su familia, noble, aunque venida a menos se dedica a la agricultura; pero el joven Alfonso destaca desde muy temprana edad y, con la ayuda familiar, dedica su tiempo al estudio y obtiene una cátedra en Lérida. En él pone sus ojos el papa Luna, cuando andaba defendiendo por tierras de Aragón que su cabeza testaruda debía ser la única en sostener la tiara papal. Benedicto XIII le concede una canonjía, su fama comienza a crecer, y su primer gran premio llega cuando Alfonso el Magnánimo hereda la corona de Aragón. El nuevo rey, que ya había oído hablar de él, lo hace secretario suyo.

   Muy poco tiempo después, Alfonso Borja llega a Nápoles acompañando a su señor. Reina en Nápoles Juana II, reina caprichosa, tan ocupada en satisfacer sus necesidades como desocupada de sus obligaciones como reina. Por esos tiempos Juana, mujer pasional como lo había sido su tía, también reina napolitana, queda prendada de un atractivo joven. Se llama Sergianni Caracciolo. Entre las cualidades de este nuevo “capricho” de la reina, al parecer, no figura la audacia, es más bien tímido y la reina se las tiene que ingeniar para poder entregarse a él y que parezca que sucede lo contrario. Pero la timidez de Caracciolo no lo es tanto como para no confesar a Juana el terror que le inspiran los ratones. Astutamente, Juana idea un plan. Durante una visita de Sergianni, propone al joven jugar una partida de ajedrez en sus aposentos. Se dispone todo para comenzar el juego. En cierto momento, siguiendo el plan trazado, son soltados en la sala dos ratones, quedando las puertas cerradas. Al ver los roedores Sergianni, saltando del asiento y presa de un irracional pánico, en lugar de subirse a la silla de la que se había levantado, fuera de sí, no tiene mejor idea que correr hacia la habitación contigua, que no es otra que el dormitorio de la reina, subirse en la cama y esconderse bajo sus sábanas. No hace falta decir cuán poco tarda la reina en encontrarse también en dicho refugio junto al que desde ese momento perderá toda su timidez y se convertirá en el consejero más íntimo de la reina y dedicado del reino. Es precisamente por su influjo que Juana, que no tenía hijos, llama a Alfonso de Aragón para que le defendiera de Luis de Anjou, ahijándolo, nombrándole duque de Calabria y heredero de reino de Nápoles; y también por recomendación del amante, que tiempo después revocará ese nombramiento como heredero al trono y designará como tal a su anterior enemigo el duque de Anjou.

   Todas estas cosas mantienen al rey Alfonso en Italia, dejando el gobierno de Aragón en manos de su esposa María y su hermano Juan(1).

   En 1429, Alfonso Borja es ordenado sacerdote y, por los méritos contraídos en la liquidación del Cisma, nombrado obispo de Valencia por Martín V. Aún seguirá a disposición del rey Alfonso, prestando servicios de toda índole civil y diplomática, durante muchos años. En 1442, Alfonso el Magnánimo arrebata Nápoles a Renato de Anjou. Éste había sido instituido por la reina Juana como heredero al trono napolitano cuando falleció Luis y al morir aquélla, Alfonso no tarda en acometer su conquista.

   Dos años después, Eugenio IV, el papa entonces, lo crea cardenal. Es la forma de agradecer a Borja los esfuerzos del secretario real por conciliar posturas entre el rey y él mismo, el papa. Y es la senda que se le abre al setabense(1) al final de la cual, en 1455, Alfonso Borja –Borgia comenzarían a decir los italianos y así sería su apellido en el futuro- resulta elegido papa. Cambiar su nombre por el de Calixto y abrirse un abismo entre él y Alfonso V es todo una misma cosa. Cada uno de ellos considera al otro subordinado suyo: Calixto III cree ser soberano entre los soberanos; Alfonso no hace sino considerarlo aún su secretario.


   Las diferencias entre ellos no hacen más que aumentar con el tiempo. Constantinopla había caído en poder de los turcos en 1453 y lo que no había hecho el antecesor de Calixto, Nicolás V: tratar de recuperarla para la cristiandad, se convierte para este anciano de setenta y siete años y salud muy quebrantada, en razón de vida. Para ello reúne dinero con el que construir una flota. Se venden toda clase de objetos de oro y plata para tal fin y Calixto encarga al arzobispo de Tarragona, Pedro de Urrea, la organización de una escuadra. En esos asuntos está Calixto cuando Alfonso de Aragón se apropia de los barcos, engrosando la escuadra del Aragonés, en lucha con los genoveses por entonces; pero Calixto, en el que el desánimo no hace mella, redobla sus esfuerzos económicos. Al fin consigue tener a su disposición una flota de veinticinco navíos, a cuyo mando pone al cardenal almirante Ludovico Scarampo. También en tierra firme se enfrenta a los turcos. Sin apoyo de ninguno de los príncipes cristianos, ya casi octogenario, iluminado, se enfrenta a los turcos y milagrosamente vence. Por tierra, en Belgrado, deteniéndolos en su camino hacia Hungría; por mar, en la isla griega de Mitilene; pero Calixto está solo en una cruzada cuando éstas ya no existían, cuando el mundo acaba de dejar atrás la Edad Media, cuando el Renacimiento y una Edad Moderna se extiende por una Europa, que pronto sería Española y volvería a poner la Cruz en los puentes de nuevas galeras.

   Creyendo que aún no ha llegado su hora, los problemas lo acosan. Está postrado por la enfermedad cuando el nuevo rey de Nápoles, Ferrante, hijo natural de Alfonso V, amenaza con presentarse en Roma.  La ciudad del Tíber es una ciudad inhóspita durante aquel verano de 1458.  Al peligro de las revueltas instigadas por los enemigos del papa moribundo se unía el de una epidemia de malaria.  Aún en el lecho, firma Calixto la canonización de Vicente Ferrer, el fraile dominico que profetizó su destino, y rehabilita el nombre de Juana de Arco, víctima del fuego veintisiete años antes, aunque no sería canonizada hasta el siglo XX. Pocos son los que permanecen a su lado en tan atribulados momentos. Hasta el cardenal Barbo, futuro Pablo II, fiel a Calixto, huye de Roma, del acecho de los Orsini, de la malaria.

   Calixto III muere el 6 de agosto de 1458. Bajo su lecho de muerte se dice que el viejo papa escondía 120.000 ducados destinados al mantenimiento de la lucha contra los turcos; mientras a su lado, solo, un sobrino del moribundo, hecho cardenal por él, futuro papa también y objeto de una leyenda negra él y su descendencia, propalada por sus enemigos, vela su cadáver. 

(1) Para los interesados en conocer los avatares de dicha regencia, llena de intrigas y luchas familiares por el poder, hay una pequeña serie de artículos, bajo el título El Príncipe de Viana, publicados en el blog “De reyes, dioses y héroes” donde con claridad y rigor se da cuenta de este asunto y a cuyo primer artículo puede acceder desde aquí.

(2) Setabense: natural de Játiva.

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23 comentarios :

  1. Quién le iba a decir a él que llegaría donde llegó. Ahora que otro en su lugar, al oír el vaticinio sobre su egregio destino, pudiera haber pensado que Vicente Ferrer se hallaba bajo los efectos de una buena dosis etílica.
    Un saludo.

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  2. A veces es mejor ser ciudadano de a pie que tener una responsabilidad tan grande. Al pobre le han abandonado y una vez más se constata que cada cual va a lo suyo y los países miran por sus intereses. Y la historia se repite una y otra vez.
    Bss

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  3. Muy interesante este acercamiento al primero de los Borgias, mucho menos conocido que ese sobrino suyo.
    Pero mire que la reina era retorcida! Realmente sería necesario darle ese tormento al pobre hombre para conseguir llevarlo a la cama? La verdad que la imagen de un pobre hombre temblando de miedo y víctima de un ataque de histeria resulta poco apetecible, por otra parte.

    Muchas gracias por su mención, monsieur, es usted muy amable.

    Buenas noches

    Bisous

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  4. Una vez más te doy las gracias por los datos, que se me escapan.
    Gracia me ha hecho la anécdota de los ratones, y es que lo que no se le ocurra a una mujer no se le ocurre a nadie. Todo sea por el amor.

    Un abrazo DLT.

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  5. Muy buena entrada, amigo Dlt. Pasaba por aquí a comentarte que te he dejado un premio en mi blog, cuando puedas pasate a recogerlo.
    Saludos.
    Uriel

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  6. Saludos desde Tarrasa (Barcelona), espero que visites mis 3 blogs y deseo que te gusten.

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  7. Pues no sabía esta historia del primero de los Borgia. Y lo que dice Madame Masquée, ese hombre temblando y avergonzado es un plato de muy mal gusto. Un fuerte abrazo, amigo DLT.

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  8. A mí?

    Jo...que ilu más grande. Muchísimas gracias :)

    La reina no tenía muchos escrúpulos, parece, jajaja. Un Abrazo enorme, dlt

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  9. La profecía cumplida de Vicente Ferrer, asombra por inexplicable, pero no es un caso tan raro. Claro que distinguir la parte de leyenda de la de hechos probados ya es otra cuestión.
    En cuanto a la astucia de echar ratones, tiene mucha gracia. Sergianni aprovechó la oportunidad para refugiarse en la cama, antes que subir a una mesa. No creo que fuera tan tímido como aparentaba.

    Un abrazo

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  10. Es de una gran erudición su artículo. Y el Mediterráneo siempre como centro de poder.

    Saludos.

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  11. Está claro que el los Borja, y auque esta rama fuera de las más humildes, estaban hechos para ostentar el poder. Calixto III y después su sobrino, el famosisimo Alejandro VI, sin olvidar a Fracisco de Borja, de la rama principal del linaje, son buenos ejemplos de ello (sin mentar a los duques de Gandía, claro).
    Saludos

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  12. Hola Marques:

    No conocía la historia del Borgia pobre, pero como refiere Carmen, parece que estaban hechos para el poder...

    No me extrañaría los ducados bajo el lecho papal...Conociendo a los personajes ;D

    Saludos

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  13. Que tal, buenas tardes DLT,
    me resulto muy agradable la lectura de algunos pasajes de la vida del Papa que, aunque introdujo la practica nepotista, realizo obras muy importantes incluidas la merecida rehabilitacion solemne a Juana de Arco y canonizacion de Ferrer.
    Saludos.

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  14. Una historia de la que desconocía bastante.
    Un abrazo

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  15. Hola , hoy he vuelto de visita a tu blog y me ha gustado la entrada. Saludos Jesús Conil

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  16. Calixto III fue un gran hombre a mi parecer, que ha sido mal tratado por la historia.

    Una síntesis perfecta de su vida y obra.

    Salutacions des de la ciutat dels Borja on avui estic.

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  17. Desconocía totalmente las historia de este primer Borgia, como todas las tuyas, amena e interesante.
    Un saludo desde mi mejana

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  18. Retorcida manera, querido Dlt, halló la reina de llevarse al catre al tímido muchacho; otras más placenteras podría haber maquinado para conseguir el ansiado ayuntamiento. Por cierto, ¿es este Calixto III de quien corre la leyenda de que excomulgó al cometa Halley por considerarlo de mal augurio?
    Excelente entrada, amigo mío, como es costumbre de la casa.
    Mil bicos.

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  19. Siempre aprendo algo mas con sus entradas, por cierto muy bien narradas.
    No sabia nada de esta historia tan interesante.
    Un saludo.

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  20. He leído con gran interés los avatares de reyes y papas, como luchan por el poder, da igual terrenal que celestial, al final el papa Calixto III muere solo y abandonado por todos.
    Un abrazo.

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  21. Muy interesante todo el relato además de ser historia. La dama de los ratones, creo que hizo muy bien, a veces hay que dar un empujoncito al...amor.

    Un fuerte abrazo

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  22. Por favor, no me llames de Ud. Tengo 57 años pero me considero un chaval. Además, en el tema de fotos yo tendría que llamarte de UD, me parecen de profesional. Solo me falta conocer Oporto. Granada la conozco de arriba a abajo.
    Un abrazo.

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  23. La familia de los Borgia está llena de personajes de lo mas interesantes.

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