Si sabemos que no hay nada más certero que la seguridad de nuestro fin, ninguna cosa es más incierta que la hora del mismo. Es desconocer el minuto en el que se parará el reloj de la vida, lo que la llena de ilusión y esperanza, aunque haya quien trate de esquivar, sin lograrlo, su propio destino, como cuando pidió Sibila a los
dioses ser inmortal. Éstos le concedieron el favor; pero al pasar el tiempo
comprobó que, aunque era inmortal, aunque su existencia se mantenía aferrada al
mundo, su cuerpo envejecía. Fue entonces cuando cayó en su error. Había pedido
no morir, pero olvidó pedir no envejecer. Su oráculo seguía siendo famosísimo.
Vivía en una cueva en la que predecía el futuro de quienes le preguntaban,
siempre con gran acierto, de ahí que la bien ganada fama de su oráculo incluso
se acrecentara. El tiempo siguió pasando y su cuerpo con el paso de los años se
había encogido tanto y era tan frágil que tuvo que ser introducida en una
botella para evitar que se dañara. Ella que predecía con acierto el futuro
ajeno no había sido capaz de contemplar el suyo, por ello, cuando unos visitantes
al verla así, disminuida y quejosa, le preguntaron si quería algo, ella no
acertó a decir otra cosa que: “morir”.
Sibila Cumana. Tapiz. Museo de Bellas Artes de Valencia |
Y sin embargo, es en el último momento, en el que rebosante el corazón de paz interior, convertimos el morir en vivir, para comenzar una nueva vida.
Pocos han expresado tan bien, con tanto sentimiento, como José Selgas, un poeta romántico del siglo XIX, el momento en que un niño, sea de la edad que sea, porque ante la eternidad nunca se deja de serlo, ve una nueva luz, una nueva vida:
Pocos han expresado tan bien, con tanto sentimiento, como José Selgas, un poeta romántico del siglo XIX, el momento en que un niño, sea de la edad que sea, porque ante la eternidad nunca se deja de serlo, ve una nueva luz, una nueva vida:
Bajaron los
ángeles
besaron su
rostro,
y cantando a
su oído, dijeron
“Vente con nosotros”
Vio el niño a los ángeles,
de su cuna en torno,
y agitando los brazos, les dijo:
“Me voy con vosotros”
Batieron los ángeles
sus alas de
oro,
suspendieron
al niño en sus brazos,
y se fueron
todos.
De la aurora pálida
la luz fugitiva,
la luz fugitiva,
alumbró a la
mañana siguiente
la cuna vacía.
La vida es un regalo y viene con fecha de caducidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues sí, que tarde mucho en pararse ese reloj de la vida, que esté siempre la cuerda bien dada. Me ha gustado mucho el poema de Selgas, no le conocía. Agarrémonos, por tanto, a la vida. Un placer leerte, aunque sea más espaciado. Un fortísimo abrazo.
ResponderEliminar"... Pues te diré que yo me he imaginado la muerte como un sueño delicioso en invierno: un sueño muy largo, en un lecho muy blando, durante un invierno sin fin, al lado de los seres que amé... Y he pensado que allá cada millón de años, por ejemplo, un ángel llega, me toca en el hombro y me dice: ¿Quieres levantarte?
ResponderEliminarY yo me esperezo; siento la suavidad maternal de mi lecho, el deleite de mi sueño, el calor blando que emana de los que amo y que duermen conmigo, el consuelo infinito de tenerlos tan cerca y volviéndome del otro lado, respondo al ángel:
-No, te lo ruego, déjame dormir..." Amado Nervo (E curioso: lo estaba leyendo ahora mismo y creo que encaja a la perfección)
Según la mitología, la muerte fue un regalo de los dioses y el diablo hizo que los hombres la percibieran como todo lo contrario.
Un abrazo, dlt
Me alegra muchísimo verlo de nuevo por aquí, y permítame felicitarle por su elección de hoy. El poema es bellísimo, y la entrada está a la altura de los acontecimientos. A su propia altura, que no es poco.
ResponderEliminarBuenas noches
Un abrazo
Hola Marques:
ResponderEliminarHacía falta por estos rumbos. Coincido con Madame, una elección brillante.
Prefiero hablar de inmortalidad...Es lo que ganamos cuando no estamos entre los nuestros.
Un abrazo Marques
Que tristeza la suya no poder prever la juventud eternal, bonito post el de hoy, me alegro con tu publicación, esperando que todo vaya bien, un abrazo
ResponderEliminarBuenas noches y bienvenido de nuevo ya se le echaba en falta.
ResponderEliminarEs preferible ser recordado e inmortalizado después de haber logrado una vida plena.
Una reflexión que da mucho que pensar el poema muy bello!
Un abrazo DLT.
Un mito muy curioso , los oraculos siempre daban una respuesta tan abierta a la interpretación que se podía pensar en una cosa o la contraria, con lo cual muchas veces los que la consultaban se equivocaban . Hay que tener cuidado con nuestros deseos por que al final se pueden volver en nuestra contra como le sucedió a la Sibila que al final se arrepintió de haber querido la vida eterna , la muerte es lo único seguro que nos aguarda , por eso mis deseos es disfrutar de calidad durante la vida que tenga por delante.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Quizá la vida tenga sentido precisamente por su caducidad.
ResponderEliminarPreciosa entrada.
Un abrazo DLT.
No hay vida plena sin conciencia de la muerte, como parte ineludible de la existencia. Rehuirla es destruir la posibilidad de acercarse a ese instante con el sosiego necesario para no temerla.
ResponderEliminarMuchas gracias por su entrada de hoy.
Un fuerte abrazo
Complicado el pensamiento final de tu entrada. He visto ya, desgraciadamente, morir a bastantes seres cercanos a mi y creo que unos no se enteraron de esa transición y otros no podría afirmar que sintieron esa paz interior que afirmas existe en el último momento. Es más, el paso de la vida a la muerte está descrito a nivel médico como de una gran ansiedad que afortunadamente los fármacos actuales consiguen evitar.
ResponderEliminarTambién es difícil pensar en una nueva vida después de la muerte pero, ese es otro tema.
Un abrazo.
La vida y la muerte son dos grandes misterios que los científicos pretenden explicar con frías teorías y los religiosos con hermosas leyendas. En el misterio está su verdad más profunda e insondable.
ResponderEliminarUn saludo
El poema muy bello pero solo pensar en la cuna vacia me pone los pelos de punta. Estoy leyendo algo que relaciona la inmortalidad y la vejez de cuerpo y espiritu y el principal problema para la inmortalidad: el aburrimiento.
ResponderEliminarSaludos
Si milagro es la muerte, milagro es también la vida, sólo que ésta tiene la suerte de ser finita y la muerte la de convertirse en eternidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo primero que quiero hacer es felicitarte por una prosa poética que has desplegado en tu entrada que me ha gustado muchísimo. Conocía tu prosa histórica pero no la cercana a la literatura.
ResponderEliminarCraso error el de Sibila. Sin lugar a dudas es mejor no envejecer que no morir nunca. El tema de la muerte ha llenado páginas y lienzos. Ha tenido tantas interpretaciones y percepciones a lo largo de la historia, que quien se atreviera a resumirlo estaría frente a una tarea poco menos que imposible.
Muy bella tu entrada, Dlt, sí.
Un abrazo.
lEstupendo post amigo dlt, me es muy agradable y ameno leerle siempre que tengo tiempo. es muy interesante todo lo que nos narras, en cuanto a
ResponderEliminarSibila, cometió un gran error, ser inmortal convirtió su vida en una insostenible y dolorosa agonía.
«No tengo miedo a la muerte», decía en un ocasión el escritor Jorge Luis Borges. «He visto morir a muchas personas. Pero tengo miedo a la inmortalidad. Estoy cansado de ser Borges».
El poema muy bello y conmovedor ya lo conocía.
Un besito...severine
Tanto hay para hablar sobre la vida y la muerte pero lo tuyo han sido palabras magistrales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acierto total. Creo que no hay nada más seguro de no nos quedaremos y que nuestro código de barras tiene fecha caducidad y es impredecible.
ResponderEliminarBello post y magníficos versos.
Poco a poco volviendo a la normalidad. Aprendiendo a manejar el Windows 8. Mil gracias por tus comentarios.
Buen finde
Un cálido abrazo
Querido Dlt, exquisita, como siempre, tu entrada de hoy; otra versión de la leyenda de la Sibila Cumana cuenta que, habiéndole pedido una larga vida a Apolo, que la amaba y había prometido concederle la satisfacción del primer deseo que expresara, había olvidado pedirle al mismo la juventud. El dios se la ofreció a cambio de su virginidad, pero ella rehusó; así, poco a poco, a medida que envejecía se volvió más menuda y seca, hasta que terminó pareciéndose a una cigarra, y la encerraron como un pájaro en una jaula, colgándola en el templo de Apolo en Cumas.
ResponderEliminarTu bellísimo poema de "mors inmatura" me ha recordado los hermosos poemas de la "Antología Palatina", y en particular in verso:
"Un único Hades recibe
igual a todos los muertos"
Mil biquiños.
Al final pidió la muerte porque lo que estaba viviendo era antinatural.
ResponderEliminarEl poema precioso.
Un abrazo.
El poema de Selgas es un buen ejemplo de poesía macabra(que no truculenta)muy propia del XIX. Me ha parecido una acertadísima elección para su artículo.
ResponderEliminarSaludos.
La vida tiene un final y lo importante es disfrutar el presente siendo capaces de afrontar los problemas.
ResponderEliminarMe ha encantando el poema de un poeta que jamás había oído.
Un abrazo.
La muerte es consustancial a la vida y a la recíproca. Un entrada muy interesante. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarHe disfrutado leyéndote.
ResponderEliminarEs un Poema Bello, Duro y a la vez alegre, pues se va contento.
Como me iría yo.
En cuanto Sibila, nos da la lección, de no obrar a la ligera,
Hay que meditar y sopesar los pro y los contra, antes de decidir.
Muy Bueno, me ha gustado mucho.
Saludos, manolo
.
Se vive olvidando que nuestra vida tiene un final. Si esto último se tuviera más en cuenta aprovechábamos hasta el último minuto de la vida y o se viviría tan apegados a los bienes materiales.
ResponderEliminarBesos.
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Es preciosa la mitología, como un cuento nos enseña los grandes misterios de la vida, y entre ellos, que el vivir hasta llegar a la muere y el envejecer no necesariamente van juntos, son dos experiencias distintas, la una biológica ante la que el ser humano pierde la batalla, pero el envejecimiento es mental y ahí la vida si nos da todo tipo de concesiones..
ResponderEliminarMuy interesante tu entrada, amigo, siempre aprendo y disfruto, un besote
Un poema muy bello el que ha elegido para esta entrada.
ResponderEliminarY sí, la única certeza en esta vida que algún día se acaba.
Besitos