¡Que llueva, que llueva, la
Virgen de la cueva…! Así comienza una antigua canción infantil cuyo origen es
tan incierto como dudosa la ubicación de la cueva en la que se halla la Virgen
a la que se invoca. Una de las muchas cuevas santuario que se atribuye dicho
honor es la Cueva Santa de Altura, en la provincia de Castellón.
La cueva, conocida desde tiempos
ancestrales, comenzó a ser visitada para rendir culto a la Virgen cuando, según
es tradición, a principios del siglo XVI un pastor que se refugiaba en ella de
un temporal encontró la figura de una Virgen tallada en yeso un siglo antes,
según es creencia, por Bonifacio Ferrer, hermano de San Vicente, muy aficionado
a tales menesteres artísticos del que se dice había vaciado un molde en el que
realizaba copias de la imagen para ofrecerla a los pastores de la comarca para
que, llevándolas consigo en sus zurrones, pues eran de escaso tamaño, las
veneraran y les protegiesen de los peligros del monte. Los favores prestados y milagros hechos por la
Virgen de la Cueva Santa pronto alcanzaron fama. En 1571 Juan Montserrate
Escario, desterrado del vecino pueblo de Jérica por la lepra que padecía, se
refugió en la cueva con su mujer Isabel Martínez, quien lavó sus llagas con el
agua que gotea del techo de la gruta y rogó a la Virgen aliviase a su esposo
del mal. Pocos días después Juan sanaba por completo, y la Virgen comenzó a ser
muy reconocida y visitada. Se comienza en aquellos tiempos a recurrir a Ella en
rogativas cuando la sequía marchitaba campos y agostaba fuentes y, como se
vieran cumplidas las súplicas de los fieles, no se tardó mucho en construir una
capilla en el fondo de la gruta a más de veinte metros de profundidad.
La devoción por esta Virgen,
lejos de atenuarse, creció con el tiempo. En 1725 una pertinaz sequía agrietaba
los suelos de toda la región. La Virgen fue trasladada a la catedral de
Segorbe. Una gran procesión con gentes llegadas de todos los lugares acudió a
la rogativa. Hizo, al parecer, caso la Virgen a los ruegos y el día 27 de
febrero amaneció lloviendo y la sierra se cubrió de un tupido manto de nieve.
Una vez más la Virgen de la Cueva Santa velaba por sus fieles.
Pero no se piense que el devenir
de la gruta y su Virgen, patrona de los espeleólogos, ha sido un camino de
rosas. En 1917 el obispo Amigó decretó el traslado del cuerpo de fray Bonifacio
Ferrer desde la catedral segorbina, en donde se hallaba desde su descubrimiento
pocos años antes en las ruinas de la cercana cartuja de Vall de Christ, hasta
la gruta, mas poco duró su descanso en el fondo de la sima sagrada. En 1936 sus
restos fueron profanados y sus cenizas
aventadas, mientras la talla de la Virgen fue hecha añicos y los fragmentos
dispersos.
La Virgen de la Cueva Santa de Altura. Reproducción en su capilla de la iglesia de Santa Catalina de Valencia. |
Años después una familia valenciana donó una imagen, copia idéntica de la robada, propiedad de su familia desde los tiempos del fraile cartujano, según dijeron, pero fatalmente en 2011 ésta fue robada, sin que hasta el momento haya sido recuperada.
Gracias por enmendar mi incultura, no conocía la cueva ni su leyenda y me ha resultado muy interesante. Saltos y brincos
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Preciosa historia llena de percances. Besicos.
ResponderEliminarLa hemos visitado con frecuencia.
ResponderEliminarDesconocía la Historia de la Virgen de la Cueva de Altura y vaya por Dios...¿para qué querrán robar una copia?
ResponderEliminarBueno, ya he regresado de mis vacaciones y voy visitando a los amigos poco a poco.
Un saludo.
Ya es vicio de apoderarse de lo ajeno. Se roba todo, monsieur, sea original o copia. Es un choricerío increíble para el que no hay nada sagrado.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Pues a parte de la canción mis conocimientos eran nulos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mira que siempre pensé que la letra no tenía nada que ver con una historia así.
ResponderEliminarEn América la letra cambia algo, La virgen pasa a ser la vieja...
Saludos Amigos. Que todo vaya bien
Solamente conocía la canción infantil. Saludos
ResponderEliminarTriste es robar vírgenes, y más hacerlas añicos. Pero... Lo que sí me parece común a muchas culturas es la adoración a una figura más o menos divina para pedir agua. ¡Qué importante! Y cómo los vaivenes agrícolas han quedado un poco en segundo plano en este mundo de maquinitas. Muy bien las fotos, tienen algo del misterio de estas cosas.
ResponderEliminarSaludos.
De verdad que hay gente que le encanta apoderarse de lo que no es suyo, y no por el valor económico si no porqué deja a los fieles sin su reliquia.-Nunca mejor dicho que la fe mueve montañas.Conozco la canción que es raro quien no la haya cantado en sus juegos; pero ignoraba la procedencia.Una bonita historia y sobre todo por la estima que se le tiene.
ResponderEliminarUn abrazo querido amigo.
Conozco la canción infantil, pero ignoraba que tuviese una historia, seguro que la robada por algún amigo de lo ajeno, la tiene algún coleccionista de antigüedades.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veinte metros de profundidad aquel agua debía ser purísima. Eso y la fe, y el amor de quien se quedó a compartir el destino del doliente, conmoverían a cualquier divinidad. Algo muy de agradecer, porque siendo ésta Virgen la Patrona de los Espeólogos, debe trabajar a tiempo completo...
ResponderEliminarLo que ya no sé es si la célebre canción infantil se refiere a esta virgen o simplemente se trataba de buscar una rima acorde con "llueva", que salvo "cueva" pocas posibilidades quedaban para encontrar algo medianamente apropiado.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Qué manía con robar vírgenes! No hay santuario en el que los bárbaros no hayan perpetrado destrozos y/o robo.
ResponderEliminarEstuve en esa precioso lugar con unas vistas extraordinarias.
Saludos
¡No sabía que la canción estuviese relacionada con esa Virgen!
ResponderEliminarAquí, en la localidad de Artenara en Gran Canaria, también se adora a una Virgen de la Cuevita, pero la historia es completamente distinta.
Bisous.
Una historia azarosa, desde luego. Cada vez que se canta esa cancioncilla a mi mente me vienen recuerdos de otra Virgen de la Cueva, la Santiña, claro, la de Covadonga. Por ello me encanta que le salga alguna competidora y además a muchos kilómetros de distancia.
ResponderEliminarLos descubrimientos de las Vírgenes siempre vienen asociados a la presencia de agua, con el lote adherido de la cura de enfermedades (sobre todo peste) o la evasión de catástrofes. La diosa madre tierra siempre en acción.
Un saludo
De esta historia sólo conocía la canción que, como tantas de la infancia, no se sabe su origen hasta que alguien nos lo descubre...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Desconocía esta historia relacionada con esa popular canción. Muchas veces esas desapariciones hacen crecer el número de fieles. Es curiosos también, la de vírgenes que han encontrado los pastores españoles, nunca las encuentran un arriero, un agricultor, etc, y quizás por eso, en los villancicos populares sean tan nombrados los pastores.
ResponderEliminarInteresante entrada y muy buenas las fotos.
Un abrazo.